Ha fallecido recientemente Carmen Acosta Martín, la esposa de mi amigo Leocadio. El día de su fallecimiento ha sido muy triste para nosotros, por lo que he decidido escribir esta poesía dedicada al amor.

Alegría de sentir tu aliento cada día; Alegría de poder perderme en tus ojos, amada mía.

Un día, en ellos me perdí; y me llevaste a un mundo de ilusiones; donde, una vida plena disfrutamos, y allí fundimos nuestros corazones.

Los años han pasado y en tus ojos sigo perdido; aunque no me veas; aunque tus palabras no entienda; y mi castigado cuerpo no responda; corazones fundidos somos y por la misma vereda seguimos.

Descansa en paz, Carmen Acosta. No creo que nadie te hubiese querido más que Leocadio.

Nuestro más sincero pésame para usted.