El hundimiento en la tarde de ayer de un tramo de unos 40 metros de longitud de la carretera GC-220, la vía por la que se sube a los pagos de Medianías del municipio de Gáldar, dejó a todos estos barrios incomunicados. Los vecinos o trabajadores que quieran acceder a Hoya de Pineda, por ejemplo, tendrán que subir por la carretera de Montaña Alta, la GC-70, es decir, deberán circular unos 20 kilómetros más para poder llegar a sus casas o puestos de trabajo.

Los equipos de emergencias y las autoridades tuvieron conocimiento de que sobre las 19.30 horas se vino abajo uno de los muros de esta carretera, justo donde está un pequeño puente, en el barranco de Farragú, en esta zona conocida como Los Silos.

Después de darse la alerta por este suceso, agentes de la Guardia Civil del Puesto de Guía y de la Policía Local de Gáldar acudieron de inmediato al lugar, como también lo hizo el personal de Mantenimiento de Carreteras del Cabildo. También acudieron el alcalde galdense, Teodoro Sosa, y dos concejales, el de Medanías, Carlos Ruiz, y el de Urbanismo, Heriberto Reyes; así como el consejero de Obras Públicas del Cabildo, Carlos Sánchez, junto a técnicos de la corporación insular.

Respecto al motivo por el que se produjo este hundimiento, distintas fuentes consultadas no adelantaron ninguna hipótesis. Los técnicos del Cabildo y del Ayuntamiento no hicieron valoraciones "al caer la noche y al no tener algo de luz". Eso sí, se esperaba que a primera hora de hoy se realicen las estimaciones técnicas sobre lo sucedido y el tiempo que llevará su reparación. Cabe recordar que esta carretera, competencia del Cabildo, es la principal vía de acceso para decenas de vecinos y trabajadores de las Medianías de Gáldar y de sus pagos y pueblos, como Hoya de Pineda, Saucillo, Caideros, Fagajesto y Juncalillo.

Miembros de la Policía Local y del instituto armado alertaron anoche de lo ocurrido en la GC-220 a distintas empresas de transporte escolar, así como a la empresa Global, para que tomasen las medidas para sus nuevos itinerarios.

Este suceso fue motivo de sorpresa para algunos, aunque no para los más viejos del lugar ya que recordaban que es una zona de desprendimientos, y por ello existe una malla para evitar la caída de piedras y rocas a la carretera. En la década de los 90, una roca cayó, arrastró a un coche y provocó la muerte de una mujer y su hija. Otro suceso reciente fue en diciembre de 2014. Un vecino de Sardina de 68 años se despeñó en las proximidades de Hoya de Pineda, por una ladera de 150 metros, sufrió heridas graves y fue rescatado por un helicóptero del SUC.