Si hay un detalle del accidente de ayer que despierta gran extrañeza es el hecho de que el avión no emitiese ningún "mayday" durante la prolongada caída que experimentó desde los 38.000 pies (11.400 metros) hasta que finalmente se estrelló en el col de Mariaud, a unos 2.000 metros de altura.

"Ocho minutos son muy largos, es chocante que no lanzase una señal de emergencia", opina José Manuel Iglesias, piloto de Iberia que ha volado en numerosas ocasiones en el A320, que en su opinión es "una maravilla, el 'utilitario' del aire más probado y el más utilizado de los aviones de corto-medio radio". Todas las compañías europeas los tienen en sus flotas, y hasta los rusos, con una potente industria aeronáutica, han terminado comprándolo.

Especular con una causa del siniestro se le antoja prematuro. Para este piloto es raro que el accidente se produzca cuando ya se ha alcanzado la velocidad de crucero, cuando el momento crítico son el despegue y el aterrizaje. Lo que le parece también raro es la dinámica de la caída. "Es fuerte, de 4.000 pies por minuto, pero no de emergencia. Si se hubiese producido una despresurización, la caída sería de unos 7.000 u 8.000 pies por minuto. Puede que haya decidido bajar de altura por un problema técnico, pueden ser tantas cosas...", indicó Iglesias.

Aunque se ha dicho que el piloto del avión tenía mucho bagaje, a Iglesias le parece que 6.000 horas de vuelo en 10 años es "más bien poca experiencia". Y rechaza que pueda haber intervenido la "edad" del aparato, 24 años. "Los aviones no tienen fecha de caducidad, tienen revisiones cada poco, también las de gran parada, en la que se desmontan hasta los remaches", indicó. No obstante, reconoció que "últimamente pasan cosas muy raras, hasta se ha perdido un avión".

Los pilotos y controladores aéreos consideran que todavía es muy pronto para hablar de las causas del accidente. "Es muy temprano. Ni siquiera habrá empezado la investigación", indicó el director general del Colegio de Pilotos de Aviación Comercial (Copac), Iván Gutiérrez, quien añadió que las causas "pueden ser muchísimas, no se puede descartar nada". Gutiérrez añadió que el avión efectuó "un descenso muy rápido para ser una aproximación al aterrizaje y muy lento para ser una emergencia". Y resaltó el hecho de que en los últimos accidentes registrados se ha producido una pérdida de control de los aviones en pleno vuelo, algo poco usual.

Gutiérrez señala que al avión, que fue adquirido en 1990, "se le ha sacado bastante rendimiento", aunque añade que su edad no tiene por qué haber influido en el accidente.

"Si ha pasado todos los controles, no tiene por qué ser un factor causal. También hemos visto aviones nuevos que han tenido accidentes", destaca.