Cada accidente aéreo que ocurre trae al recuerdo el siniestro del avión de Spanair que realizaba el vuelo JK5022 entre Madrid y Gran Canaria en el que fallecieron los 154 ocupantes, de los que más de la mitad residían en Canarias, el 20 de agosto de 2008. Este suceso ha sido una de las mayores tragedias de la aviación española de los últimos años. Desde entonces, no se había producido ningún accidente aéreo en que se vieran involucradas tantas víctimas española hasta que ayer la aeronave de Germanwings, que había partido de Barcelona con destino Düsseldorf, se estrellara en mitad de los Alpes franceses con el resultado de 150 muertos, 45 de ellos con apellidos de origen español. Este accidente se ha convertido en la tragedia más grave sufrida por españoles en vuelos comerciales en el extranjero.

Hasta ayer, el vuelo con mayor número de víctimas nacionales fallecidos en el exterior tuvo lugar el 2 de septiembre de 1992, cuando 30 españoles perdieron la vida al estrellarse su Airbus-300, de la compañía Pakistan International Airlines, en Katmandú (Nepal). En aquel vuelo perdieron la vida un total 167 personas.

El 21 de abril de 1998, otros cuatro españoles fallecieron entre las 53 víctimas mortales del accidente en Bogotá (Colombia) de un avión de la empresa de Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME), que había sido fletado por Air France. Más recientemente, el 12 de febrero de 2002, los 105 ocupantes, entre ellos cuatro españoles, de un vuelo de la compañía Iran Air Tours perdieron la vida al precipitarse el Tupolev en el que viajaban en Jorramaban (Irán). El 24 de julio de 2014, 116 personas, entre las se incluían 6 españoles, más la tripulación murieron al caer su avión MD83 de la compañía española Swiftair, operado por Air Algerie, en la frontera de Burkina Faso.

Al margen de las tragedias civiles o de vuelos comerciales, un avión Yak-42 con 62 militares españoles a bordo se estrelló el 26 de mayo de 2003 en Trebisonda (Turquía) cuando regresaba desde Afganistán.

En territorio español, la lista de accidentes aéreos con víctimas mortales es considerable. Algunos de los mas importantes son los que siguen. En 1977 tuvo lugar la tragedia más importante de la avión comercial española en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, en el que 583 personas murieron tras chocar dos aviones en las maniobras de despegue. En 1980, 146 personas murieron tras accidentarse un Boeing 727 de la británica Dan Air cerca del este mismo aeródromo.

También fueron significativos los accidentes aéreos de septiembre de 1982 en Málaga, con 53 muertos; de noviembre de 1983, con 181 muertos y de diciembre de 1983, con 93 muertos, ambos en Barajas (Madrid) y de febrero de 1985 en Bilbao, con 148 muertos.

Otras 38 personas perdieron la vida en septiembre de 1998 cerca de Melilla tras estrellarse su avión BAe 146, el cual había partido de Málaga poco antes.

El último fue el ya mencionado JK5022, al estrellarse un avión MD-82 de la compañía Spanair al poco de despegar de Barajas con destino a Gran Canaria que transportaba a 172 ocupantes, de los que fallecieron 154 y otros 18 resultaron heridos.

El accidente ocurrido ayer es además el peor accidente aeronáutico sucedido en territorio francés desde hace más de tres décadas. El 1 de diciembre de 1981, un avión DC-9 de la compañía yugoslava Inex-Adria se precipitó en San Pietro, cerca de la capital de la isla mediterránea de Córcega, Ajaccio. Dejó 180 muertos. Aquella catástrofe, provocada por una mala comunicación entre la torre de control y el piloto, que volaba demasiado bajo, fue el segundo mayor siniestro de un aparato en suelo francés por número de víctimas mortales.

Probablemente el accidente aéreo más conocido de Francia ocurrió el 25 de julio de 2000, cuando el aparato ultrasónico Concorde que operaba Air France perdió el control poco después de despegar a las afueras de París con destino a Nueva York y causó la muerte de 113 personas.

El primero de los grandes accidentes aéreos registrados en Francia se produjo el 3 de noviembre de 1950, cuando un avión de Air India se estrelló en la cordillera alpina del Mont-Blanc y dejó 58 fallecidos. El 11 de julio de 1973, un Boeing 707 estadounidense de la compañía brasileña Varig cayó cerca del aeropuerto parisino de Orly causando la muerte de sus 123 ocupantes.

La peor catástrofe aeronáutica en territorio francés se produjo el 3 de marzo de 1974, cuando un vuelo de la aerolínea Turkish Airlines que había despegado del aeropuerto parisino de Orly cayó en un bosque de Ermenonville, en el norte de Francia, dejando un saldo de 346 muertos. El último gran accidente de la aviación francesa no tuvo lugar en suelo francés sino en el océano Atlántico, donde el 1 de junio de 2009 se estrelló el Airbus que operaba Air France para cubrir el trayecto entre Río de Janeiro y París. Fallecieron 228 personas.