Terrible vuelco en la investigación de la catástrofe del Airbus 320. Andreas Lubitz, el copiloto de la nave, alemán de 27 años, estrelló deliberadamente el aparato después de que el capitán de la nave abandonase la cabina para ir al baño. Lubitz bloqueó la puerta de la cabina, cortó toda comunicación con la torre de control y accionó el sistema de descenso, sin razón alguna que lo justificase, iniciando los diez minutos de caída mortal hacia el macizo de los Tres Obispos. El capitán intentó desesperadamente derribar la puerta de la cabina, tras llamar de forma reiterada al copiloto, que no contestó. Los pasajeros fueron conscientes de lo que estaba ocurriendo. En los últimos momentos, se habla de "minutos", el Voice Recorder del aparato recoge los gritos de espanto de las víctimas.

Tras las confusas explicaciones de las autoridades francesas anteayer, miércoles, la verdad empezó a salir a la luz a última hora de la noche del miércoles, a través del New York Times, tal como recogió nuestro periódico en su edición del jueves. Ayer a mediodía, el fiscal de Marsella, Brice Robin, convocó una rueda de prensa en la que desveló que el piloto había estrellado el avión deliberadamente.

Los primeros 20 minutos de la grabación de cabina muestran que la conversación con el comandante transcurrió en tono cortés y cordial, pero el fiscal sostiene que las respuestas de Lubitz comenzaron a ser "lacónicas" y breves durante la preparación del informe para el aterrizaje, a las diez y media de la mañana. Ya alcanzada la velocidad de crucero, y tras comunicar con la torre de control, el comandante le pidió al copiloto que tomara el mando del avión porque iba a ir al servicio. Era el momento que Lubitz estaba esperando.

Robin subrayó que "no hay nada que haga pensar en un atentado terrorista" pero dejó claro que el copiloto tenía "la intención de destruir el avión" porque activó el botón para hacer que descendiera, no abrió la puerta al piloto cuando llamó para acceder y no respondió a ninguna de las llamadas por radio, todo ello mientras se le escuchaba una "respiración normal".

El joven, con 630 horas de vuelo, empezó a trabajar en Germanwings en 2013. En 2010 obtuvo su título de piloto en la escuela de Lufthansa en Bremen, pero previamente sufrió una crisis nerviosa. Según sus compañeros de estudios, se sentía "quemado y depresivo". Pero reanudó los estudios.