"El antiguo Jumbo llevaba tres pilotos, el radionavegante y un mecánico de vuelo. Hoy van dos personas. Por ahorrar costos se han eliminado ojos en cabina". El presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes, Rafael Gallego, ponía este ejemplo como muestra de la evolución de la industria aeronáutica en el mundo, en el que se ha ido imponiendo la utilización de modernos sistemas de control de vuelos, que ofrecen más seguridad, pero a cambio de reducir nóminas entre los pilotos en cabina. Esta situación se pone de manifiesto esta semana, cuando han salido a relucir los problemas sicológicos del copiloto que desencadenó, tras quedarse solo en la cabina, el accidente aéreo en los Alpes franceses del avión Airbus 320 que volaba de Barcelona a la ciudad alemana de Düsseldorf, de la compañía Germanwings (filial de bajo coste de Lufthansa), y que dejó 150 muertos entre el pasaje y la tripulación.
El programa dirigido y presentado por Ignacio Moll, 'El bungalow 103', de Radio Canarias, abordó ese jueves el tema 'Seguridad aérea', coincidiendo con este suceso. Entre los asistentes se encontraba, además del citado Rafael Gallego, la exdecana del Colegio Oficial de Psicología de Las Palmas y formadora de tripulantes de cabina (TCP), Cristina López-Trejo; David Suárez, presidente de la Asociación Canaria de Graduados en Seguridad y Control de Riesgos (Asecri); Mario Pons, gerente de la Escuela de pilotos Canavia; y Fernando Marián, vocal técnico de la Asociación profesional de controladores de tránsito aéreo (Aprocta).
Los expertos coincidieron en que es necesario poner freno a las presiones de la industria para ahorrar costes sin evaluar los posibles efectos secundarios. Eso sí, remarcando que "el avión es el medio más seguro de transporte". Y que, aunque se trata de una compañía de bajo coste, detrás de Germanwings está la matriz alemana Lufthansa, que persigue con la filial competir en este modelo de negocio que se ha ido extendiendo en los últimos años.
Mario Pons remarcó que los modelos de aviones que operan en el mercado internacional cuentan con todas las garantías. Y que si hay listas negras de aerolíneas, no es por el avión, sino por su política de mantenimiento de los aparatos y escasas garantías profesionales.
David Suárez señaló que Canarias está preparada en materia de formación para atender una catástrofe de este tipo, "pero en medios materiales habría que ver, siempre haría falta a lo mejor ayuda exterior". Y Mario Pons lamentó que un suceso anecdótico, como fue el año pasado el falso aviso de un amerizaje en la costa de Telde, y que resultó ser una gabarra, no hubiese servido como aprendizaje. "Es frívolo, pero fue una ocasión inmejorable para probar si estábamos preparados y mejorar".
En cuanto a la atención a los familiares de las víctimas, Cristina López-Trejo apuntó que "ante la pérdida de una persona querida hay una ruptura en el equilibrio emocional. Lo primero es estar con ellos, porque no saben qué pasa. Hay que dar información veraz, no mentiras, tranquilizarlos, dejar llorar y sacar emociones".
La sicóloga cree que es positiva la presencia familiar cerca del lugar en el que tuvo lugar el accidente, aunque en este caso sea más complicado por haberse producido en una zona montañosa de difícil acceso. "Siempre quieren ir. Es como si te operas, el familiar puede estar en su casa, pero una forma de sentirte más cerca es estando in situ. Es el problema que hubo con el accidente del Spanair, en el que los familiares se quejaban de que no se podían acercar al lugar. Los protocolos se han cambiado ahora. Como el lugar es inhóspito a lo mejor no puede ir exactamente, pero necesitan estar en el sitio. Es como una conexión".
Y a la hora de identificar los cadáveres, apunta que lo mejor es recurrir a las personas que presentan más entereza. Sin embargo, añade, el mayor apoyo sicológico debe darse cuando vuelvan a sus casas. "Es el duelo doloroso y necesitarán ayuda".
Los contertulios defendieron el papel de las auxiliares de vuelo para velar por los viajeros en una situación crítica como la vivida, más allá de la labor habitual de atender el reparto de comida. Y para ello reciben una formación específica.
Como anécdota, Rafael Gallego criticó que, por ahorrar costes, hay compañías aéreas que hacen caso omiso a algunas normas básicas de seguridad, y llegan a colocar a personas mayores en los asientos situados junto a las puertas de salida de emergencia. Esto podría ocasionar un bloqueo en caso de asistir a salida precipitada, cuando los protocolos hablan de que el pasaje debe estar fuera del aparato antes de dos minutos.
