La indignación popular que ha suscitado el doble crimen deja una nueva muestra. Horas después de que decenas de vecinos se concentrasen a las puertas de los juzgados de Caldas para increpar al presunto parricida, la inmobiliaria que regentaba con su hermana en este mismo municipio apareció con pintadas en las que se puede leer la palabra "asesino".

El negocio está cerrado desde el viernes por la mañana, cuando el presunto parricida acabó con la vida de sus dos hijas. Desde entonces un cartel anuncia que "este local permanecerá cerrado hasta nuevo aviso". El escrito concluye con un "disculpen las molestias".

El parricida era bastante conocido por su actividad profesional, puesto que además de a las operaciones de compra o venta de inmuebles se dedicaba a la gestión de fincas.

Las pintadas mantienen el clima de tensión que resultó evidente este sábado en el traslado de David Oubel a los juzgados, procedente de los calabozos de la Guardia Civil de Pontevedra, donde se decretó su ingresó en prisión. Durante las más de cuatro horas que permaneció en estas dependencias fueron decenas los vecinos de la comarca que se mantuvieron a la espera, tanto para increparlo a su llegada como a la salida.

Algunos de los presentes saltaron el cordón de seguridad con el propósito de abalanzarse sobre el único imputado por estas dos muertes. La Guardia Civil de Pontevedra impidió las agresiones.

Los vecinos de O Casal se vieron sobresaltados ayer por la tarde por la presencia de humo en la casa del parricida, que permanece precintada. La salida de humareda por una chimenea hizo que los lugareños advirtieran a los servicios de emergencia. Desde Protección Civil se explicó que todo se trató de una falsa alarma y que el humo correspondía a una caldera de pellets conectada en modo automático.

David Oubel, nacido y criado en Avilés, no dejó gratos recuerdos en algunos de los que le conocieron. En la ciudad asturiana apuntaban ayer excompañeros de estudios que se trataba de alguien "altivo e inestable". Los vecinos en Moraña también lo habían definido como orgulloso. "Tengo 40 años y si me dicen que alguien que conozco ha matado así a sus hijas solo me lo creo si recuerdo a David Oubel", comentaba un antiguo estudiante del mismo colegio, Marcos del Torniello, en el que el parricida cursó la EGB.