La continuidad del incendio y la sucesión de nuevas deflagraciones en la terminal de contenedores que explotó el miércoles en el puerto de Tianjin, en el norte de China, prolongan la tragedia tres días después de la catástrofe, agravada por el temor a una eventual contaminación química. Además, la cifra de fallecidos por las explosiones ocurridas el pasado miércoles subió ayer a 104 personas, desde los 85 anteriores de los que se tenía registro.