"No he visto a Sergio arrepentido. Le he visto normal, indiferente. No ha soltado una lágrima. He visto al mismo Sergio de siempre". Esta es la impresión que obtuvo ayer del presunto asesino de Laura del Hoyo y Marina Okarynska en Cuenca su amigo rumano, Istvan Horvath, tras el careo al que ambos fueron sometidos por la fiscalía rumana.

Sergio Morate no hizo ninguna declaración a los medios de comunicación a su llegada al juzgado, con la cabeza agachada para evitar que se tomaran imágenes de su rostro. Quien sí habló a la salida fue Horvath, que podría ser acusado de encubrimiento por haber acogido al supuesto autor del crimen en su casa rumana. Según indicó, Morate no le miró en ningún momento a la cara, aunque habría aprovechado para pedirle disculpas.

"Me ha dicho lo siento, lo siento, perdón", reveló el amigo de Morate, quien insistió en que se siente "traicionado" por alguien en quien "confiaba" y reiteró que es inocente. "Yo no tuve nada que ver. Se lo digo a mis amigos de Cuenca. Que Sergio pague por lo suyo", afirmó.

De acuerdo con la versión que ha facilitado Hortvath a la policía, Morate, al que había conocido en prisión, llegó a su casa de Rumanía el día 11 y le confesó el asesinato de su exnovia, Marina Okarynska, y de la amiga de ésta, Laura del Hoyo. Sin embargo, no le creyó. Y tampoco lo hizo cuando el español le detalló que, tras el crimen, había enterrado a las dos chicas en una zona conocida como La Palomera, donde fueron encontrados los cuerpos.

Horvarth asegura que Morate, al que conoce desde hace ocho años y con el que mantenía una estrecha amistad, no se comportaba de manera violenta con Marina Okarynska cuando eran novios. "No, nunca. Nunca le he visto con violencia, porque yo no acepto que un hombre levante la mano a una mujer", subrayó el rumano, que describió así ante las autoridades a su amigo: "Una persona muy normal. Tranquilo, demasiado tranquilo para una persona normal".

Morate fue detenido en Rumanía y está en prisión provisional en la cárcel de Timisoara. Se ha declarado inocente ante los jueces y les alertó de que su vida corre peligro en caso de volver a España.