Se entrega el hombre de 37 años que se había atrincherado ayer en un bar de Vélez-Málaga para reclamar una solución al conflicto que mantiene con la comunidad de propietarios del edificio, tras cuatro horas de encierro. Gustavo Sánchez, propietario de la cafetería Lamia, llegó a las 11 horas al establecimiento y pidió a la inquilina y a los clientes que estaban en su interior que salieran, echó abajo las persianas y se encerró en el local. Sánchez ssupuestamente estaba armado con una escopeta y amenazó con quitarse la vida si no se resolvía el conflicto.