Ana Romero, la mujer, imputada por la muerte de su madre, a la que supuestamente dejaron morir de hambre y por el cual su hermano pequeño está en prisión provisional en Tenerife II, manifestó ayer a la cadena COPE Canarias que tiene pruebas para demostrar su inocencia y que su madre estuvo bien cuidada. Como elemento probatorio aportó una foto que según relató, le hicieron a la víctima varios días antes de fallecer. Esta mujer basa su afirmación en que al cadáver se le practicó una segunda autopsia y el informe viene a decir que murió de un fallo respiratorio.

Sin embargo, Ana Romero no pudo argumentar que si ello es así porqué está imputada al igual que su cuñada y su hermano en prisión provisional.

Por su parte, dos médicos forenses entrevistados por el digital canariasenhora manifestaron que "hay que tener en cuenta, que en el caso de la anciana tinerfeña, convivían tanto su hijo como su esposa y un nieto de cuatro años. Además, varias veces a la semana, otra de las hijas de la fallecida acudía a la vivienda. ¿Por qué ninguna de las otras personas dio la voz de alarma?, ¿por qué consentían esta situación? La respuesta la tienen los profesionales forenses que explican que las personas con conductas antisociales tienen dominado a su entorno de una manera que nadie puede hacer nada.

"Son personas violentas, imprevisibles. Saben lo que está bien y lo que está mal y se da una psicodinamia, una mentalidad en la que pueden disociar el sentimiento y pasar a la acción". En el caso concreto de la anciana Ana Delia, se ha podido comprobar que el resto de los miembros de la familia que convivían en el domicilio no pasaban hambre, no era una cuestión puramente económica ya que vivían de la pensión de la mujer.