La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas ha citado a declarar en calidad de imputado por presunto homicidio imprudente al guardia civil que disparó al batería de Los Piratas, Javier Fernández, en su casa el pasado 26 de agosto cuando intentaba defender a su compañero, amenazado por el músico con varios cubiertos. Un tiro en el abdomen que le causó la muerte horas después en el hospital Meixoeiro de Vigo.

El agente acudió a la vivienda junto a otro compañero y varios sanitarios alertados por la actitud agresiva de Javier Fernández, que permanecía en el interior de su domicilio con su bebé una vez que su mujer logró salir y pedir ayuda. Una de las cuestiones que se trata de dilucidar es si los servicios de emergencias y los propios agentes fueron advertidos o no del trastorno bipolar que padecía Javier Fernández, ya que hasta ahora las declaraciones prestadas ante la juez han ofrecido versiones contradictorias.

El guardia civil autor del disparo declarará este viernes acompañado de su abogado, quien ya estuvo presente ayer en la toma de declaraciones de otros cinco testigos: el médico y el enfermero que acudieron en la ambulancia el día de los hechos, una vecina que llamó a la Guardia Civil, la viuda del músico Andrea Montes y Telmo, el amigo del batería que se encargó de sacar al bebé de la casa.

El abogado de la familia del fallecido, Gerardo Gayoso, explicó después de la toma de declaraciones judiciales, que tanto el médico como el enfermero negaron ante la juez haber sido informados de la enfermedad que padecía Javier Fernández. Sin embargo, la viuda aseguró ante la magistrada que sí que les había advertido.

Andrea Montes relató que nunca estuvo retenida por su marido y que, de hecho, aquella mañana salió a hacerse una analítica al centro de salud de Ponteareas mientras él se quedaba durmiendo. Explicó que fue cuando llegó, alrededor de las 8.30 horas, cuando lo encontró muy nervioso, por lo que decidió pedir ayuda a sus amigos por Whatsapp. Además, dijo que cuando llegó Miguel, otro amigo del batería, le abrió el portal de la vivienda para que metiese su coche y ella salió a pedir ayuda a los vecinos porque su bebé estaba dentro de la casa y su marido estaba mal.

Por su parte, el amigo del músico, Telmo, explicó, según relata el abogado de la familia, que cuando llegó a la casa se encontró a Javier con el bebé en el regazo y que al pedirle que se lo entregase, este accedió. Le cambió el pañal, salió de la vivienda y entregó la criatura a su madre que se aproximaba acompañada de la Guardia Civil. Además, fue este mismo amigo el que cuando llegaron los agentes a la finca de la casa, subió a la segunda planta de la vivienda para pedirle a Javier Fernández, que estaba tocando la batería, que bajase.

También declaró ayer en los juzgados de Ponteareas la vecina de la parroquia que llamó a la Guardia Civi para pedir ayuda ante la situación, si bien no trascendió qué les dijo exactamente a los agentes.

El abogado de la familia valora que la juez le reconociese a Andrea Montes su derecho a reclamar al hacerle el ofrecimiento de acciones civiles y penales. La familia continúa personada como parte perjudicada, sin descartar hacerlo como acusación particular.

La instructora todavía no ha solicitado las 15 diligencias que pidió Fiscalía, entre las que se encuentran las pruebas de tiro del guardia civil que disparó y su informe psicológico. Por otro lado, uno de los técnicos sanitarios que declaró el pasado miércoles y que afirmó que sólo estaba él con la Guardia Civil dentro de la casa cuando se produjo el disparo, manifestó ante la juez haber recibido amenazas de muerte en su puesto de trabajo por parte de un amigo del batería fallecido. Hechos que se estarían investigando.