El agente de la Policía Nacional de la Comisaría de Santiago que recogió la denuncia de la desaparición de Asunta el 21 de septiembre de 2013 puesta por sus padres adoptivos, se extrañó de que Alfonso Basterra augurase que la niña de 12 años de edad "iba a aparecer muerta", cuando habían transcurrido apenas tres horas desde que se personó en las dependencias policiales. El hombre que tomó la denuncia de los padres de Asunta declaró ayer en la quinta jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de La Coruña, con sede en Santiago, por la muerte de la menor, de la que están acusados sus padres.

Según el testigo, los padres de Asunta acudieron a la comisaría de Santiago sobre las 22.15 horas del 21 de septiembre para denunciar la desaparición de la niña e informaron de que ésta se quedó sobre las 19.00 horas en casa y que al regreso de su madre, a las 21.30 horas, "no estaba allí". Luego Porto dijo que había ido con su hija a Teo y que la había dejado en una calle próxima a la vivienda. Los padres transmitieron a los agentes en todo momento que la desaparición "había sido forzada", dado que "la niña era muy responsable y nunca faltó de casa". Algunos de los investigadores, policías y guardias civiles coincidieron en que el comportamiento de los padres fue extraño.