El Juzgado de Instrucción número 4 de Arrecife (Lanzarote) condenó a penas de cuatro meses de cárcel por atentado a cuatro personas de la misma familia que agredieron a dos guardias civiles que habían acudido a su domicilio para atender una denuncia de violencia machista.

Los hechos se produjeron en la medianoche del pasado 26 de septiembre en una vivienda de la urbanización Virginia Oasis, en Costa Teguise, cuando los agentes se disponían a arrestar al presunto autor de los malos tratos.

El acusado, J. J. B., propinó un fuerte puñetazo a uno de los agentes, mientras tres de sus familiares, R. J. B., Y. J. B. y J. J. R., sujetaban al otro guardia civil, al que arrebataron el arma reglamentaria, sin llegar a desenfundarla.

Como consecuencia de estos hechos, los dos agentes sufrieron lesiones que les impidieron trabajar durante cinco y siete días.

Los cuatro acusados reconocieron los hechos ante el juez de instrucción y se declararon autores de un delito de atentado y de dos delitos leves de lesiones, por las que tendrán que indemnizar con 475 y 525 a los agentes a los que agredieron.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que dio a conocer ayer el caso, relaciona estos hechos con la falta de medios con la que, a su juicio, trabajan los funcionarios del cuerpo. Esta organización asegura que al no disponer de porras extensibles o pistolas aturdidoras, los agentes decidieron abandonar el domicilio donde se produjo la agresión para "evitar el uso de la pistola reglamentaria".

"Tiene que saber la opinión pública que a los guardias civiles no se les dota de este material, pero tampoco se les permite portarlo en su uniformidad y, si lo hacen, pueden ser expedientados, como ya ocurrió en Lanzarote, donde se abrió un expediente disciplinario contra un agente por llevar en su cinturón un accesorio que no figura en la normativa de uniformidad", asegura la AUGC en un comunicado de prensa.