Asunta Basterra, la menor de 12 años hallada muerta en una pista forestal de Teo (La Coruña) en septiembre de 2013, tomó el día de su fallecimiento al menos 27 pastillas del ansiolítico Lorazepam. La causa de la muerte fue por "sofocación", lo que revela un fallecimiento violento y no "accidental ni suicida".

Estas son las conclusiones de dos expertas forenses y del jefe del servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), José Blanco Pampín, que ayer declararon en el juicio que se sigue contra los padres de la pequeña, Rosario Porto y Alfonso Basterra, quienes se enfrentan a 20 años de prisión cada uno por el supuesto parricidio.

El atropello fue una primera hipótesis al encontrar el cadáver, y acto seguido se ponderó la agresión sexual. José María Blanco Pampín explicó que se detectó desgarro en la boca del estómago, que suele producirse por "vómitos o náuseas". El especialista también indicó que la niña fue atada por los pies y las manos, pero por las marcas o pruebas analizadas "pudo ser antes y después de la muerte, es decir, en un momento próximo al fallecimiento".

Manuel Salguero, encargado del análisis centrado en Anatomía Patológica (tejidos y muestras), expresó que había una lesión en el labio de la niña, "probablemente por una presión prolongada o un golpe puntual".

Ambos plantearon que hubo un objeto que contribuyó al fallecimiento. Pampín destacó que hubo una "sofocación" causada con un "objeto blando", de modo que los orificios naturales, en nariz y boca, quedaron "sin permeabilidad" provocando vómitos o náuseas. Los indicios de presión serían compatibles con la provocada por una mascarilla y unos pañuelos (como los objetos parecidos en la papelera), añadió.

Dos de las forenses que analizaron el cuerpo aseguraron que, tras el análisis del cabello, además de Lorazepam encontraron otro tipo de benzodiacepina, que causan "somnolencia y sedación", y que la pequeña debió de estar tomando "durante tres o cuatro meses antes".

Otra forense del Imelga afirmó que el cuerpo parecía haber sido colocado de manera rápida y mostraba pequeñas heridas que dejaron constancia de que pudo haber sido arrastrado "posiblemente por los pies", también por la colocación del chándal de la pequeña.