Salvajismo al más puro estilo del Oeste americano. Así fue el atraco que sufrió ayer el empresario José Miguel González, dueño de la estación de servicio Repsol, en San Isidro, en Tenerife, y que fue asaltado por dos atracadores, cuando se encontraba en las proximidades del banco BBVA, quienes tras golpearlo con un objeto contundente lo derribaron al suelo y le sustrajeron la cartera en la que llevaba una cantidad próxima a los 50.000 euros, según confirmaron fuentes del instituto armado.

Los hechos sucedieron cuando dos individuos esperaban a bordo de una motocicleta de color blanco que llevaba placas de matrícula reales, pero se desconocía se pertenecían a la misma. Lo que sí lograron averiguar los agentes es que la matrícula correspondía a un vehículo con domicilio en Tarragona. Cuando Miguel González llegó al banco con la recaudación del fin de semana, uno de los atracadores se aproximó, le golpeó con un objeto contundente que le hizo caer al suelo y le arrebató el maletín que portaba. Mientras, su cómplice le esperaba con la moto en marcha. El agresor se subió y ambos partieron en dirección hacia la TF-64, carretera que conduce de San Isidro a El Médano, donde se les perdió la pista. La víctima tuvo que ser evacuada hasta un centro sanitario debido al fuerte golpe que presentaba en el rostro, aunque su vida no corre peligro. Finalmente, le dieron el alta ambulatoria con seguimiento desde el domicilio. Los asaltantes conocían las costumbres del empresario, ya que habitualmente se dirigía los lunes, a la misma hora, a realizar el ingreso, en la misma sucursal. La Policía Judicial de la Guardia Civil del puesto de Granadilla de Abona se hizo cargo de las diligencias, sin que hasta el momento de redactar estas líneas se tenga constancia de la detención de los atracadores, aunque una de las líneas de investigación gira entorno a un conocido delincuente del municipio.

Miguel González se dio a conocer a raíz de que la tienda de la estación Repsol sita en la TF-1 a la salida de El Médano vendió en las navidades de 2014 el segundo premio del sorteo del Gordo, que recayó en el número 92.845. Fuentes de la Guardia Civil apuntan a que los atracadores podrían ser antiguos empleados o mantener algún tipo de conexión con alguna persona vinculada a este empresario. Estas mismas fuentes señalaron que no es normal que un empresario traslade esa cantidad de dinero diariamente al banco, ya que lo suyo sería que se encargase una empresa de seguridad.