Iris Francés Luis, la tinerfeña de 35 años asesinada el jueves, había denunciado a su expareja de hecho, Carlos Gaspar Hernández, herreño de 36 años, hacía tan solo 15 días por presunto acoso y maltrato continuado. Lo hizo en la comisaría de la Policía Local de Santa Cruz. Apenas unos días después se celebró un juicio rápido pero el juez rechazó la orden de protección. El motivo: falta de pruebas. Poco más de una semana después, el pasado jueves, a eso de las 23.00 horas, Carlos Gaspar acudió a la avenida de Los Majuelos del barrio de El Sobradillo, donde ella vivía con sus padres, la esperó como había hecho otras veces, le gritó y la asesinó presuntamente a cuchilladas en plena calle. En su huida provocaría heridas a la madre de Iris, varios cortes hechos con el mismo cuchillo.

Pero no era la única vez que Iris había denunciado a su expareja. Según las fuentes de la investigación y de la familia de la víctima consultadas ayer, la joven había presentado al menos otra denuncia ante la Policía Nacional de Santa Cruz de Tenerife, en septiembre del año pasado, por las mismas razones: presunto acoso psicológico y maltrato. Su padre, Epifanio Francés, no se explicaba ayer, en declaraciones a este diario, cómo Iris seguía sin tener protección ni se había decretado una orden de alejamiento contra su exnovio tras las denuncias y todo lo que había sufrido. Francés detalló que Iris y Carlos llevaban unos 11 años de relación cuando en 2012 ella rompió con él por sus "permanentes celos" y porque ya no lo aguantaba. Habían tenido tres hijos, dos gemelos que ahora tienen cinco años, y una niña que tiene 10.

No solo estaban estas denuncias. Iris Francés recibía asistencia psicológica en el Palacete de Cobiella, de la capital tinerfeña, por parte del Servicio Insular de Atención a las Mujeres Víctimas de la Violencia de Género, un servicio que coordinan el Ayuntamiento santacrucero, el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. Ella misma lo había pedido al denunciar el acoso de su expareja. Así lo confirmó ayer a este periódico la directora del Instituto Canario de Igualdad, Marián Franquet, que detalló que Iris había participado ya en 13 sesiones y le quedaban unas cinco, que se habrían aumentado si los asistentes lo veían necesario.

Franquet también ratificó que la joven había interpuesto al menos dos denuncias y que se le había denegado una orden de protección, aunque no conocía las razones de esta decisión judicial. "Hemos solicitado todo el expediente para analizar, entre otras cosas, por qué no se le prestó protección. Cuando analicemos toda la documentación podremos sacar conclusiones, ver qué ha fallado e intentar por todos los medios que algo así no se vuelva a repetir", dijo Franquet.

Angela Martín, portavoz del Foro contra la Violencia de Género de Tenerife, atribuyó ayer el fatal desenlace de este caso a "un trágico fallo en el sistema de protección de las víctimas de la violencia machista". Martín cree, además, que este crimen refleja "los gravísimos problemas" del sistema público de atención. "Los recursos, los servicios y las campañas están centradas en los primeros meses después de que una mujer denuncia el maltrato pero luego no hay medios para el seguimiento y la seguridad. Iris hizo lo que se pide a las mujeres que, como ella, sufren la violencia machista: denunciar. Pero, ¿de qué le valió a ella y de qué les puede valer a muchas otras mujeres si luego no les dan protección?", señaló.

El presunto asesino continuaba anoche en las dependencias de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Tres de Mayo a la espera de ser puesto a disposición del titular del Juzgado de Instrucción de guardia de la capital tinerfeña. Fue detenido minutos después de huir por la Policía Local de Santa Cruz cerca del lugar del crimen. Según una nota de prensa del cuerpo municipal, el detenido fue localizado en la avenida de Tíncer tras haber huido a pie del lugar de los hechos. Aunque inicialmente negó su participación en la agresión, los agentes procedieron a su arresto y comprobación de sus datos. Poco después, agentes de la Policía Nacional localizaron el cuchillo que al parecer fue utilizado para esta agresión en un descampado cercano al lugar del apuñalamiento, añade la nota.

Carlos tenía, según las fuentes consultadas, antecedentes policiales por una supuesta agresión sexual en El Hierro, de donde es natural. La noche del jueves, cuando huía y fue detenido con la camisa ensangrentada, solo acertó a decir: "Me acabo de cortar al romper el cristal de un coche que iba a robar". Ante la gravedad de los hechos, lo más probable es que se ordene prisión provisional, comunicada y sin fianza para él en las próximas horas.

"Él amenazaba a mi hija"

Epifanio Francés, el padre de Iris, no paraba de preguntarse ayer, desconsolado e indignado, por qué la Justicia no aceptó que los cuerpos de seguridad la protegieran del acoso de su expareja. "Él acosaba a mi hija, la vigilaba y hasta le había pegado. Una vez incluso la emprendió a patadas contra ella. Mucha gente conocía el calvario que estaba sufriendo pero no fue suficiente para que la protegieran. ¿La van a proteger ahora que ya no está? Hasta en una ocasión él les dijo a sus tres hijos que se iban a quedar sin mamá y sin papá. Y en otras la había amenazado con matarla. Ella lo había denunciado pero no se hizo nada. No se hizo nada...", señaló ayer en declaraciones a este periódico.

Epifanio define a la expareja de su hija, Carlos Gaspar, detenido como presunto autor del crimen, como un hombre "posesivo" y "extremadamente celoso". "Ella lo quería dejar mucho antes de lo que lo hizo pero él le prometía que iba a cambiar. Pero hubo un momento en que no aguantó más, hace unos tres años. No la dejaba relacionarse; era muy controlador. Hacía tiempo que ella estaba asustada", comentó.

El padre y el resto de miembros de su familia no son los únicos que se preguntan por qué un juez desechó la orden de protección para Iris Francés Luis. Una de sus amigas relató su amargura ante la falta de respuesta de la Justicia. "Si no denuncias es porque no denuncias y si denuncias ¿por qué no te protegen? Tres criaturas, dos de cinco y otra de diez, también han sido asesinadas en la ingenuidad de su infancia".