La policía belga detuvo ayer a un hombre en relación con el ataque contra el cuartel militar de Flawinne, cerca de Namur (este), un suceso sobre el que la Fiscalía no da prioridad a la pista terrorista. "Ningún elemento nos permite decir que estemos frente a una amenaza terrorista. No podemos decir que se privilegie la pista terrorista", declaró el fiscal Vincent Macq, quien hoy ofreció una rueda de prensa para informar sobre la investigación abierta después de que una persona encapuchada embistiera con su vehículo la barrera del cuartel.

Macq apuntó que "un acto aislado o de un desequilibrado mental no se puede excluir", aunque precisó que "es demasiado pronto para sacar la mínima conclusión", señaló en declaraciones recogidas por la agencia Belga.

El ministerio público informó de la detención del propietario del coche, un hombre de 32 años y nacido en Namur, que se presentó en el cuartel de Flawinne al volante de su vehículo con el que intentó forzar la entrada en ese recinto.

Según explicó, antes de intentar forzar la entrada en el recinto chocando contra la barrera, el sospechoso hizo una señal a uno de los guardias, que no le permitió entrar.

También precisó que los militares dispararon entonces "una docena de tiros" hacia el vehículo, que finalmente salió huyendo, y que no hubo ningún herido en el incidente.

El sospechoso, que no iba armado y huyó a pie por un barrio residencial cercano, abandonó el coche en un campo cercano.

Tampoco se encontraron explosivos en el vehículo, algo que se temió en un primer momento y por lo que se enviaron artificieros para examinarlo.

La policía impuso inmediatamente un perímetro de seguridad y halló al sospechoso en una vivienda cercana.