La Policía detuvo en la mañana de ayer en Las Palmas de Gran Canaria a un hombre que intentó atracar una oficina bancaria del BBVA en la ciudad con una pistola simulada, según la Jefatura Superior de Canarias.

Fuentes de la investigación han indicado a Efe que el intento de robo se produjo a primera hora de la mañana, en el barrio de Siete Palmas, cuando se incorporaba el primer trabajador a la oficina.

El atracador se encontraba en ese momento en el cajero automático, simulando hacer una operación. Cuando vio que el empleado abría la puerta, lo amenazó con la pistola, lo maniató y le pidió los códigos de la caja.

El trabajador de la entidad explicó al ladrón que él no tenía esos códigos, momento en el que llegó a la oficina otro empleado.

El atracador se dirigió entonces a la puerta a esperar su entrada y consiguió reducirle, pero el primer empleado tuvo tiempo de activar los sistemas de alarma, que movilizaron de inmediato a la Policía.

Una patrulla del 091 detuvo al asaltante sin lograr su objetivo de llevarse dinero de la sucursal, y descubrió que la pistola que portaba para llevar a cabo su acción era un arma simulada, según la misma fuente.

Pulseras de oro

Por otro lado, una mujer sufrió en la madrugada del domingo una agresión y el robo de dos pulseras de oro cuando iba a entrar en su casa, en la esquina de las calles Molino de Viento con Aguadulce, en Las Palmas de Gran Canaria.

La asaltada es la presidenta del colectivo de prostitutas y mujeres maltratadas de Canarias, Juana María Ortega, quien denuncia la creciente inseguridad que existe en el barrio, sin que los responsables municipales hayan tomado las medidas necesarias para combatirlo, según su propio testimonio.

La asaltada lleva un collarín y sufre distintas secuelas tras la paliza. Y está pendiente de personarse en el juicio contra la mujer que le hizo esos daños. Juana María señala que tuvo que acudir al centro de salud de Arenales y, posteriormente, a un centro hospitalario para curar las lesiones. Asegura que fue asaltada tras bajarse de un taxi sobre las tres de la mañana, tras asistir a un acto, y que cuando iba a entrar en el inmueble fue golpeada. Además, apunta que ya sufría una invalidez del 68%, por lo que le fue imposible defenderse.