El último primer ministro de la Polonia comunista, el general Czeslaw Kiszczak, uno de los responsables de la Ley Marcial que en 1981 intentó acabar con el sindicato Solidaridad, falleció el pasado viernes día 6 de noviembre a los 90 años de edad.

Kiszczak fue enterrado sin honores militares oficiales, como había informado en un comunicado el Ministerio de Defensa de Polonia, en el que también se descartó que su tumba se ubicase en el cementerio varsoviano de Powazki, donde descansan las grandes personalidades de la historia militar del país.

"El funeral no contó con la presencia del ministro de Defensa ni de ningún otro representante oficial del ministerio", añadió la nota.

Kiszczak, quien permanecía ingresado desde finales de septiembre por un agravamiento de sus problemas de salud, falleció tras sufrir un paro cardiaco.

El general fue uno de los responsables de la imposición de la Ley Marcial en diciembre de 1981, una medida que pretendía frenar el avance del sindicato Solidaridad de Lech Walesa y que duró hasta julio de 1983.

Hasta cien personas murieron como consecuencia de esa ley, entre ellos un grupo de nueve mineros que permanecían en huelga en la mina de carbón Wujek (Silesia), acribillados por la policía en diciembre de 1981.

Kiszczak fue finalmente condenado en 2012 por su papel en la represión, más de veinte años después de la caída del comunismo.

Otro de los acusados, el último líder comunista de Polonia, el también general Wojciech Jaruzelski, evitó en última instancia la condena debido a sus problemas de salud. Jaruzelski, fallecido en 2014, sí tuvo un funeral de Estado y fue enterrado en el cementerio Powazki.

Cezeslaw Kiszczak nació en Roczynach. Su padre era Hutniki y a mediados de los años 30 perdió su trabajo por actividades comunistas. En junio de 1941, Czeslaw estaba en trabajos forzosos en Wroclaw. Estaba casado con María Teresa Kiszczak, con quien tuvo dos hijos.