El multimillonario chino Xu Ming, de 44 años y muy cercano al exlíder provincial Bo Xilai, murió en prisión cuando faltaba menos de un año para que fuese puesto en libertad, al sufrir un ataque al corazón en una prisión de Wuhan, en el centro de China, y sus cenizas fueron llevadas el domingo a Dalian, al noreste del país, donde el empresario comenzó su carrera.

Condenado a cuatro años de prisión a finales de 2012 por ofrecer sobornos a Bo Xilai y a su familia por un valor de 20,6 millones de yuanes (2,9 millones de euros), se esperaba que Xu fuese puesto en libertad en septiembre de 2016. El fallecido amasó su fortuna al mando de Dalian Shide Group, una compañía que comenzó en la construcción y acabó comprando el potente equipo de fútbol de Dalian, cuando la ciudad era gobernada por Bo Xilai en los 90, de forma que se convirtió en la octava persona más rica de China en 2005, según Forbes.

Pero la caída en desgracia de Bo en 2012, hasta entonces jefe del Partido Comunista en Chongqing (centro) y una de las figuras políticas más prometedoras del país, precipitó la de Xu.

Bo fue condenado a cadena perpetua acusado de corrupción y abuso de poder en 2013 en un mediático juicio que prosiguió al de su esposa, Gu Kailai, en prisión de por vida por el homicidio del empresario británico Neil Heywood.

En el juicio, que supuso el mayor escándalo político de China en décadas, Bo Xilai rechazó haber recibido dinero de Xu Ming y negó que el empresario sufragara los estudios de su hijo, Bo Guagua, en el Reino Unido, o que les hubiera facilitado una villa en Francia.

Gu Kailai declaró que, a cambio de estos regalos, Bo ayudó a que Xu Ming se hiciera con el control del equipo de fútbol de Dalian y a comprar un globo aerostático, además de otros detalles más propios de una telenovela que de una trama política.

La página de internet Prism, propiedad del gigante chino del software Tencent, apunta que un alto cargo de Shide Group aseguró que nunca escuchó que Xu tuviera problemas de corazón.

Bo Xilai fue defenestrado poco antes del relevo de poderes en China que alzó a Xi Jinping como presidente en 2013, y su caso fue seguido de investigaciones y juicios contra aliados del exdirigente provincial de la talla del exministro de Seguridad Zhou Yongkang, quien también cumple cadena perpetua por corrupción.