Wladimir, un excoronel en la reserva perteneciente a los cuerpos comunes del Ejército (farmacia militar), perdió ayer la vida calcinado junto a su perro en el incendio que afectó a su domicilio sito en la calle Poeta Viana, en el barrio de Salamanca de la capital tinerfeña. La víctima era una persona muy polifacética que estudió varias carreras universitarias, entre ellas Farmacia, Biología, Periodismo e Informática.

Los hechos sucedieron alrededor de las 13.00 horas, cuando efectivos del Consorcio Insular de Bomberos con base en Santa Cruz de Tenerife fueron requeridos para intervenir en la extinción. Un alertante anónimo llamó al Cecoes 112 solicitando la presencia de los bomberos puesto que del interior de un domicilio de la mencionada calle salía mucho humo del segundo piso de la vivienda. Al llegar al lugar los bomberos comprobaron que efectivamente se trataba de un incendio en un domicilio de tres plantas. Desde el propio Consorcio de Bomberos se informó en un primer momento de que la vivienda estaba desocupada. Sin embargo, fueron los propios vecinos los que alertaron de que dentro vivía este exmilitar junto con su perro.

Los bomberos, debido a la gran carga térmica de la casa y al encontrarse con bastante material almacenado como libros o basuras, tuvieron que requerir la presencia de más refuerzos hasta completar un total de 14 agentes, la totalidad del parque de Santa Cruz, que acudieron con dos bombas urbanas pesadas, una bomba urbana ligera, otra nodriza, un camión escala y una unidad de mando y control.

Hasta el cierre de esta edición los bomberos habían empleado tanto en la extinción como en refrescar las estancias más de 10.000 litros de agua. El servicio en la capital quedó cubierto por una unidad del parque de La Laguna que bajó con uno de sus vehículos, en lo que se conoce en el argot de los bomberos como activación del kilómetro 0.

La vivienda consta de tres plantas y los bomberos tuvieron dificultades para acceder al interior puesto que su propietario tenía instaladas puertas blindadas y rejas muy potentes. Además, las estancias eran independientes y desde la planta baja no se podía acceder a las otras dos, que a su vez sí se comunicaban entre sí.

Una vez que sofocaron el grueso del fuego y ante la insistencia de los vecinos de la posible existencia de una persona en su interior, los bomberos revisaron de forma concienzuda todas la estancias y refugiado en una tronja localizaron, completamente calcinado, el cadáver de este exmilitar que llegó a dirigir la Farmacia Militar. Junto a su cuerpo localizaron el de su perro, aunque el animal no estaba quemado. En el lugar se personó el SUC, pero los facultativos no pudieron hacer nada, tan solo certificar el óbito. La Policía Local cortó el tráfico para facilitar las labores de los bomberos.

El Cuerpo Nacional de Policía se trasladó hasta el lugar y se hizo cargo de la investigación del incidente así como del cuerpo del varón fallecido hasta la llegada de la autoridad judicial de guardia, que ordenó el levantamiento del cuerpo y su posterior traslado hasta el Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia y de esta manera poder determinar las causas reales del óbito. La Policía Científica llevó a cabo la inspección ocular para determinar el origen del fuego. Fuentes de los bomberos manifestaron desconocer cómo se pudo iniciar, aunque sí apuntaron la gran cantidad de material inflamable que había en su interior.