En los dos últimos meses, desgraciadamente, fallecieron dos exconsejeros de la Audiencia de Cuentas de Canarias, Baltasar de Zárate y Peraza de Ayala (Santa Cruz de Tenerife, 1944), abogado, que durante buena parte de su vida compaginó sus funciones como interventor con un fuerte compromiso político que le llevó a militar en varias formaciones y a ocupar cargos de representación en las primeras décadas de la democracia; y Nicolás Pérez Álvarez (Santa Cruz de Tenerife, 1933), licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales que también destacó por su faceta docente en diferentes escuelas universitarias, como experto en asesoramientos contables y fiscales, así como en peritaciones judiciales, interventor en suspensiones de pagos, además de en auditorías realizadas a importantes empresas.

Ambos, en distintas etapas de la historia de la institución, dejaron una impronta indeleble, tanto en el funcionamiento del órgano de control externo canario, como entre el personal que tuvo la fortuna y el privilegio de compartir horas de trabajo con ellos. Tanto Nicolás Pérez, como Baltasar de Zárate, aportaron su visión desde dos puntos de vista muy diferentes, pero que añadieron valor al trabajo que realizaba la Audiencia de Cuentas, desde su experiencia en la auditoría privada en el caso del primero, y de lo público en el control interno de las intervenciones por parte del segundo.

Con la llegada de Nicolás Pérez al órgano fiscalizador, justo en sus primeros años de andadura, la Audiencia fue creciendo de las dos áreas iniciales: Comunidad Autónoma y Corporaciones Locales, a una tercera que asumió Nicolás Pérez: Empresas Públicas, que se mantiene bajo el nombre de Otros Entes Públicos. Su perfil técnico, por su condición de auditor en el sector privado por y su experiencia académica, fue determinante para constituir los cimientos del órgano de control canario.

Con la llegada de Baltasar de Zárate, se crearía el área de Otros Entes Públicos y Universidades, tomando el testigo de Nicolás Pérez. La Audiencia se benefició entonces de su amplia experiencia en el control interno de la administración, lo que proporcionó un enfoque distinto y muy valioso para los técnicos de auditoría, que enriqueció significativamente el resultado final de los informes.

Profesional incansable, Baltasar de Zárate era un profundo conocedor de los entresijos de la Administración Pública. Durante la mayor parte de su carrera ejerció como técnico de inspección e interventor en diversas instituciones de las Islas, incluida la Junta de Canarias, donde comenzó a trabajar en los primeros tiempos de la Autonomía. Prestó sus servicios en el Parlamento regional, las intervenciones de los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de Puerto de la Cruz y en la Audiencia de Cuentas de Canarias, donde fue consejero-auditor entre 1994 y 2000, año en el que fue nombrado Interventor General del Cabildo de Tenerife. La última etapa de su vida profesional la dedicó al Ayuntamiento de Sevilla, donde en 2003 asumió el puesto de Tesorero hasta que se jubiló, en diciembre de 2014.¡ Es de destacar su papel como político activo. Su etapa de mayor notoriedad coincidió con su labor como diputado del Congreso por Santa Cruz de Tenerife, que ocupó como militante del CDS durante la III y IV legislaturas.

Respecto a Nicolás Pérez, cabe señalar, entre otros méritos, el haber sido miembro del Instituto de Auditores-Censores Jurados de Cuentas de España y numerario en el Registro de Auditores de Cuentas de España. Igualmente, desempeñó el cargo de presidente del Ilustre Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife en la etapa comprendida entre los años 1980-1988. Diez años después, en 1998, se le concedió la Insignia de Oro y Brillantes de la citada institución por su labor.

Fue auditor de la Audiencia de Cuentas de Canarias desde su creación en 1989 hasta el año 1994. Cabe resaltar, como parte importante de su trayectoria, la dedicación a la enseñanza, en la Escuela Profesional de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales y en el Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de La Laguna. También fue profesor colaborador de la Escuela de Formación de Cooperativismo Agrario y de Crédito de Canarias; director de cuatro seminarios en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo en su sede en Tenerife; profesor del curso de Auditoría Contable preparatorio para el acceso al Registro de Titulados Mercantiles Auditores, profesor en el curso de acceso al Registro de Economistas Auditores, y además fue docente en el Máster de Banca de la Universidad de La Laguna.

El fallecimiento de Baltasar de Zárate y de Nicolás Pérez, dos importantes personalidades canarias, supone una pérdida irremplazable para sus amigos y compañeros, que coincidieron con estos dos magníficos profesionales, que realizaron un encomiable trabajo en el órgano fiscalizador canario.