Todos coinciden en señalar la inteligencia y la capacidad de Wladimiro Luis González, de 72 años, el coronel farmacéutico que falleció en el incendio de su vivienda ocurrido el pasado miércoles en la calle Poeta Viana 21, en Santa Cruz de Tenerife, para el estudio así como para hacer amigos y dejar huella allá por donde pasó. El fuego, que calcinó su domicilio, destruyó numerosos documentos, entre ellos un manuscrito de Gabriel García Márquez, según una de sus mejores amigas.

Un militar que no quiso identificarse manifestó que "si Wladimiro se hubiese concentrado en una sola de sus seis carreras universitarias sería un premio Nobel". Wladimiro Luis estudió Farmacia, Biológicas, Periodismo, Psicología y estaba matriculado en Ingeniería Informática y Medicina. Era un hombre dotado para el estudio que cultivó tanto las Ciencias como las Humanidades.

Una de sus mejores amigas relató ayer que "cada vez que iba de viaje aprovechaba para traer diferentes recuerdos del país que visitaba. Estuvo en bastantes ocasiones en África. Recuerdo de ver en su casa máscaras hechas por diferentes tribus africanas, libros dedicados a la brujería. En otro de sus viajes a México trajo una colección de piedras preciosas. En la parte alta de la vivienda incendiada tenía una serpiente cobra disecada". Este mujer, compañera de su promoción de Psicología, lamentó "el triste final de Wladimiro. Con él compartí grandes momentos. Le gustaba mucho el senderismo. Recuerdo hacer bastantes caminatas por toda la Isla".

Lo que si desmintieron con rotundidad todas aquellas personas contactadas por este diario era que el militar padeciera síndrome de Diógenes.

"Wladimiro era un cerebro privilegiado. Un genio. En su casa de tres plantas podías encontrar desde fotos del Che Guevara hasta vídeos. Fue un estudioso de las enfermedades tropicales en Guinea Ecuatorial". Otro compañero suyo agregó: "Viajó por todo el mundo. Se hacía querer entre todos sus subordinados, así como con los compañeros de las diferentes facultades donde estudió".

En este trágico incendio, cuyas causas investiga la Policía Científica, murió asfixiado el perro de su propiedad y que fue localizado a su lado, en la tronja donde Wladimiro Luis había tratado de buscar refugio antes de que las llamas le alcanzasen.