El esclarecimiento del crimen del empresario Raimundo Toledo, presidente de Tenerife de Gasolineras (Tgas) y propietario de una estación de servicios en El Médano, parece llegar a su fin. Ayer era detenido en Madrid el tercer implicado en estos hechos. Se trata de un varón, que una vez fue asesinado Raimundo Toledo huyó a la capital de España, donde buscó refugio, según apuntaron fuentes dignas de todo crédito a este periódico.

Con su arresto se podrá esclarecer por qué y quién contrató a los tres acusados, dos de ellos, un varón, Diego Claudio G. G., natural de Sydney (Australia), de 36 años, y Sandra P., de 40, de nacionalidad cubana, novia de un sobrino del fallecido, actualmente ingresados en la prisión Tenerife II, para que secuestrasen a Raimundo Toledo. Todos los indicios conducen a una supuesta deuda del finado y que estos detenidos bien tratarían de cobrarla o de hacerle entrar en razones para su pago. Un letrado que trabajó para este empresario reconoció las dificultades económicas que pasó hasta su desahucio de Mercatenerife.

Fuentes extraoficiales manifestaron que la muerte del empresario, ocurrida el pasado martes día 15, pudo suceder durante el forcejeo debido a un infarto, por lo que ante el problema al que se enfrentaban decidieron quemarlo y arrojarlo por el desnivel. No obstante, de ser cierta esta hipótesis, la imputación de los ahora detenidos cambiaría.

Como se recordará, el empresario Raimundo Toledo, tío del actor Willy Toledo, fue raptado en los exteriores de su domicilio en las proximidades de la calle Enrique Wolfson. Un testigo alertó del hecho a la Policía Nacional y la Local de lo que había observado pero cuando las primeras dotaciones llegaron al lugar no encontraron a la víctima. Horas más tarde, sobre las 23.00 se recibía otra alerta en el Cecoes de que un turismo se había precipitado envuelto en llamas desde lo alto del Mirador de La Centinela, en Valle San Lorenzo, en Arona.

Cuando los bomberos sofocaron las llamas y realizaron la inspección ocular localizaron en el maletero del vehículo el cuerpo semicalcinado de una persona. Personada la Guardia Civil, el Equipo de Policía Judicial de Granadilla se hizo cargo de las primeras diligencias que pronto condujeron a relacionar el rapto con la víctima del maletero, habida cuenta de que el vehículo, un Honda CRV de color rojo era propiedad del fallecido.

Como quiera que se trataba de un caso donde también investigaba la Policía Nacional, los mandos de ambos cuerpos acordaron desarrollar un trabajo conjunto por lo que miembros de la Brigada de Homicidios de la Comisaría Provincial de Santa Cruz de Tenerife y de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil llevarían las pesquisas de manera conjunta con reuniones diarias donde primaría el intercambio de información. De esta manera se produjeron las dos primeras detenciones que corrieron a cargo de la Guardia Civil. Sin embargo, este éxito debía ser compartido puesto que fueron los agentes del CNP los que gracias al visionado de las cámaras de seguridad de una vivienda próxima a donde sucedió el rapto pudieron determinar la filiación de Sandra P., detenida primeramente, y posteriormente de Diego Claudio G. G. Debido a la etiología de la muerte del empresario y la notoriedad del caso, el titular del Juzgado del Juzgado de Instrucción nº 1 de Granadilla de Abona que lleva el peso de las diligencias decretó el secreto de sumario. Es probable que en los próximos días el detenido sea traslado vía aérea a Tenerife y de ahí conducido a los juzgado de Granadilla para prestar declaración ante el juez. Su testimonio podrá desvelar muchas incógnitas acerca de la muerte de Toledo.