La canciller alemana, Angela Merkel, apostó ayer por endurecer la legislación para los refugiados que delincan, tras los sucesos de Nochevieja en la ciudad de Colonia, y defendió reformas para retirar el derecho de asilo y facilitar la expulsión de quienes sean condenados incluso a penas inferiores a dos años.

Su partido, Unión Cristianodemócrata (CDU), se reunió ayer en Maguncia y puso sobre la mesa un catálogo de medidas en respuesta a un escándalo que sacude al país.

Según los últimos datos de la policía de Colonia, se han recibido ya 379 denuncias por delitos presuntamente cometidos ante la estación de tren en la última noche del año, el 40% por agresiones sexuales. Los investigados proceden, en su mayoría, de países norteafricanos y son "solicitantes de asilo y personas que se encuentran de manera ilegal en Alemania".

"Lo ocurrido en Nochevieja son repugnantes actos criminales que exigen respuestas decididas", dijo Merkel, convencida de que los ciudadanos exigen "hechos" y no sólo palabras.

El movimiento de corte xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) aprovechó la tensión generada en el país para convocar una manifestación en Colonia, que reunió a 1.700 personas.

La marcha fue disuelta por los agentes antidisturbios con cañones de agua, tras el lanzamiento de botellas y petardos.