El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) condena al Ejecutivo regional a pagar casi un millón de euros a los familiares de las víctimas y a tres de los supervivientes de la tragedia ocurrida en 2007 en la galería tinerfeña de Piedra de los Cochinos, en Los Silos. En las sentencias emitidas el pasado mes de diciembre, la sala de lo Contencioso Administrativo considera probada la responsabilidad del Gobierno autónomo y de los propietarios de la instalación en ese suceso, en el que fallecieron seis senderistas al confundir la entrada con el túnel de un canal por el que debían pasar durante el recorrido, por lo que fija una indemnización total de 815.600 euros a abonar por la Administración autonómica y otros 144.152 por parte de la comunidad de aguas Heredamientos de Daute.

Tras años de pelea, los padres de cinco de los seis muertos y 10 de los senderistas que resistieron la falta de oxígeno decidieron acudir a esta vía después de que la penal haya sido infructuosa, aunque una de las madres sigue en la lucha y por último ha recurrido a la Audiencia Provincial para intentar reabrir el caso.

Los allegados demandaban responsabilidad patrimonial al Gobierno de Canarias, al Cabildo de Tenerife, al Consejo Insular de Aguas y a la comunidad de propietarios de la galería, mientras que algunos de ellos solicitaban que los organizadores de la excursión -miembros de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN)- fueran declarados responsables civiles. El Contencioso Administrativo, sin embargo, solo respalda la implicación de la Administración autonómica y de los dueños de la instalación, mientras que desestima los recursos contra el resto.

Sin señalización

Entre los argumentos que señala el TSJC para determinar la responsabilidad del Ejecutivo canario y de los dueños de la galería, destaca que la galería "carecía de puerta de acceso y de cualquier tipo de señalización que hiciese constar que se trataba de una galería de agua subterránea o que avisase del peligro de entrada" en el momento de la tragedia. Los trabajos mineros, además, estaban "totalmente abandonados [...] sin que tuviese sistema alguno de extracción de gases, lo que, unido a la falta de ventilación natural, incrementaba dicha peligrosidad".