El juez de instrucción 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, ha ordenado el ingreso en prisión sin fianza de María del Carmen Q.B., de 44 años, acusada de asfixiar a un hombre que le habría intentado agredir sexualmente y al que luego introdujo en un congelador de la heladería que regenta.

El juez ha dictado el ingreso en prisión de la mujer después de que la Fiscalía y la acusación particular lo pidieran y calificaran lo ocurrido como muerte dolosa, han informado fuentes judiciales.

El abogado defensor, por su parte, pidió la libertad de la mujer, que ha acudido a los juzgados con el ojo izquierdo con un gran hematoma, porque considera que actuó en legítima defensa.

En su comparecencia judicial de hoy, la acusada ha insistido en que no recordaba nada porque estaba bebida y también ha asegurado que ni siquiera tenía muy claro lo que declaró voluntariamente el pasado sábado, cuando se dirigió a la Policía Nacional de Dos Hermanas (Sevilla) y confesó el crimen.

La mujer habría asfixiado a la víctima tras golpearle con un objeto contundente en la cabeza durante una pelea que mantuvieron porque la víctima habría intentado abusar sexualmente de ella.

Fuentes de la investigación han explicado a los periodistas que los datos de la muerte del hombre, de 62 años, son "objetivos" y están recogidos en la autopsia practicada al cadáver.

Tras comparecer ante el juez, al que fue conducida por dos policías vestidos de paisano y en un automóvil de camuflaje, la mujer fue llevada de nuevo al vehículo, aunque los agentes rectificaron y la condujeron hasta el juzgado de guardia para que la trasladaran en un coche policial hasta la prisión.

La Policía, por su parte, considera que no hay "aparente relación" entre la víctima y su presunta asesina.

La mujer acudió en la tarde del sábado a la comisaría de Dos Hermanas -localidad en la que residen sus hermanos- y aseguró que había matado a un hombre y escondido su cadáver en el local que regenta, en el distrito sevillano de Macarena, tras lo cual la Policía se desplazó hasta el mismo y halló el cuerpo del hombre.

Los vecinos de este barrio mostraron su sorpresa tras conocer la noticia y han definido a la mujer como "formal" y "muy seria", además de "muy correcta" y dedicada a su trabajo, y a la que "no se le había visto nada extraordinario, ni broncas, ni ruidos ni peleas", aunque alguno ha recordado haberla visto alguna vez bajo los efectos del alcohol.

Según los testimonios de los vecinos, la presunta autora de los hechos regentaba el establecimiento desde hace unos cuatro años, mientras el hombre, vecino del cercano barrio de San Jerónimo, casado y con cinco hijos, era un habitual de la zona y frecuentaba varios establecimientos.

La mayoría de ellos se pregunta por los motivos del crimen y descartan que existiera una relación sentimental entre ambos, ya que la mujer había declarado su homosexualidad.

Según estos testimonios, una de las hijas de la víctima acudió el sábado a preguntar por su padre a la calle Los Romeros, en la que está situada la heladería "Otoño", y una empleada de un bar cercano le aseguró que la última vez que le vio fue entrando en el establecimiento de la presunta asesina, que, según ella, presentaba golpes en la cara.