Un centenar de personas condenó ayer en Vila-seca (Tarragona) el último caso de violencia machista ocurrido en la mañana de ayer, cuando un hombre, Santos G.M., de 59 años, mató a tiros a su expareja, Lucinda E., de 43 años, en plena calle en el centro de la localidad y posteriormente se suicidó. La pareja estaba separada y no constaba ninguna denuncia previa por maltrato ni, por consiguiente, ninguna orden de alejamiento. Los concentrados guardaron un minuto de silencio.