Un seísmo de 6,3 grados en la escala de Richter registrado durante la madrugada de ayer lunes en el mar de Alborán dejó 26 heridos

de carácter leve, 11 familias desalojadas y daños materiales en la ciudad autónoma de Melilla, además de haberse sentido en Andalucía, exactamente en las costas de Málaga y Granada, así como en Sevilla y Jaén, aunque sin causar destrozos.

El terremoto, con epicentro a 62 kilómetros de la localidad marroquí de Alhucemas, fue el más intenso de los sentidos en España desde 2009, aunque no el más grave, y es el tercero que supera los seis grados de intensidad en Melilla después de los que se registraron en 1994 y en 2004.

Asimismo, dos nuevas réplicas de 3,9 grados en la escala de Ritcher también se sintieron durante la tarde de ayer lunes en la citada ciudad autónoma, entre las 18.17 y las 18.22 hora canaria, según informó ayer el Instituto Geográfico Nacional.

Según el Instituto Nacional Geográfico, el seísmo principal se produjo a las 04.22 hora canaria en aguas cercanas a Alhucemas (Marruecos) a una profundidad de 10 kilómetros, después de otro movimiento telúrico de menor magnitud, 3,2 grados, a las 02.14 horas de la madrugada en la misma zona.

Este terremoto se percibió con mayor intensidad en Melilla, donde los servicios de emergencias de la ciudad española recibieron más de 200 llamadas en apenas una hora y media y se atendió hasta el mediodía a 26 personas por heridas menores -traumatismos, cortes y algunas lesiones leves como consecuencia de los temblores-, todas ellas dadas de alta.

La zona más afectada en Melilla fue el barrio de la Victoria, donde se localiza el inmueble Estrella Polar, de seis plantas, en el que tuvieron que intervenir los bomberos para analizar las grietas del edificio y donde una de las vecinas, Inés García, afirmó que "el piso parecía mantequilla".

El seísmo, que provocó el cierre de los centros educativos por precaución, afectó también al normal funcionamiento de la Administración local de Melilla, debido a los daños que se produjeron en el Palacio de la Asamblea, donde aparecieron grietas en el interior del edificio y las dos torretas que coronan la parte central de su fachada, una de las cuales casi con toda seguridad tendrá que ser derribada.

El subsecretario de Interior, Luis Aguilera, y el director general de Protección Civil, Juan Antonio Díaz Cruz, viajaron a Melilla para transmitir "un mensaje de tranquilidad" tras el seísmo, y manifestaron que las autoridades están haciendo un seguimiento y todos los dispositivos están preparados ante posibles réplicas (se produjeron más de una treintena, algunas con intensidad superior a los cuatro grados).

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, destacó el "susto importante" que sufrieron los melillenses y subrayó el "comportamiento ejemplar" de la población y la ausencia de daños personales importantes.