El inspector de policía Pablo Antonio Martínez, marido de Montserrat González y padre de Triana, dos de las acusadas por el crimen de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, denunció ayer durante el juicio que ambas fueron "engañadas" tras su detención para forzar una declaración.

Martínez abrió el turno de declaraciones en el juicio que se celebra en la Audiencia de León por el asesinato de Isabel Carrasco el 12 de mayo de 2014 en León, del que Montserrat González se proclamó única responsable, exculpando así a su hija y a la otra acusada en el proceso, la policía local Raquel Gago.

El inspector cuestionó los métodos seguidos por los dos policías llegados a León al día siguiente del crimen desde la Comisaría de Burgos para dirigir la investigación por orden del jefe superior de Policía de Castilla y León. Según explicó, fue el primer abogado que representó a su mujer e hija, Fernando Cornejo, amigo personal suyo, quien le alertó de que el procedimiento seguido en Comisaría estaba plagado de irregularidades y que las habían "engañado como a chinas" para forzar su declaración.

"Utilizaron un procedimiento de manual de perros viejos de homicidios para ganar la confianza de los detenidos y obtener así información", afirmó Pablo Antonio Martínez, que era el máximo responsable de la Policía Nacional en Astorga, en la provincia leonesa, cuando sucedieron los hechos y días después fue trasladado a Gijón. Montserrat González declaró ante el tribunal la pasada semana que ambos policías les prometieron que Triana quedaría libre si les decían donde estaba el arma homicida, porque estaban convencidos de su inocencia y se le aplicaría una eximente completa de encubrimiento, ya que no está penado encubrir a un familiar.