Un descuido en la cocina de una caravana en el camping de El Berriel envolvió en llamas el recinto. El fuego se desató a causa del aceite caliente con el que una pareja de jóvenes preparaba unas papas con huevos fritos. Las llamas se propagaron con rapidez en una caravana y el fuego tras alcanzar al resto de la cocina se extendió con rapidez entre los vehículos más próximos. Y fruto de este voraz incendio, explotaron al menos dos bombonas de butano. Una de ellas voló más de cincuenta metros.

En este infierno que se convirtió ayer el camping de El Berriel, en Tarajalillo, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, no hubo daños personales, aunque sí materiales de consideración. Seis caravanas y cuatro turismos quedaron calcinados. Uno de los coches había sido comprado la semana pasada. A otro automóvil y una roulotte también les afectó el fuego que se desató cuando en el citado recinto de ocio se encontraban unas 150 personas.

Sobre las 15.15 horas comenzó todo. El fuego se propagó de forma veloz desde una roulotte. Comenzaron los gritos y los nervios, que acababan con la normalidad dominguera de un camping, con familias, niños corriendo, comidas, risas y retransmisiones deportivas.

Los Bomberos de San Bartolomé de Tirajana llegaron y comenzaron con las tareas de extinción con el temor a las explosiones de las bombonas. El fuego fue sofocado pasadas las cinco de la tarde. Las enormes columnas de humo eran visibles desde muchos kilómetros de distancia. También llegaron de inmediato efectivos de la Policía Local y Nacional, y los agentes evacuaron a todas las personas que se hallaban en el lugar.

El personal y voluntarios de Cruz Roja atendieron a seis personas afectadas, de las cuales tres fueron conducidas al centro de salud con cuadros de ansiedad. Dos ambulancias del Servicio de Urgencias Canario (SUC) y Protección Civil se personaron en el lugar. Poco antes de las seis de la tarde, los policías permitieron entrar a todos los usuarios del camping.

"Es un disgusto", afirmó Antonio Santana, de 81 años, vecino de Melenara, en Telde. "Fue en la caravana de mi cuñado donde empezó todo. Fue muy rápido, tras un despiste y que saltara el aceite. Los coches y las caravanas se recuperan, la vida no. Menos mal que no hubo daños personales. Yo perdí mi coche. Mi familia, dos caravanas", señaló este octogenario. "Qué barbaridad", "Pudo ser peor", "Los bomberos, Cruz Roja, sanitarios, policías, todos trabajaron muy bien", comentaban los usuarios.