La actriz Concha Goyanes Muñoz, fallecida ayer en Madrid a los 69 años, pertenecía a la tercera generación de una conocida familia de actores que se remonta a su abuelo Alfonso Muñoz, y que pasa por su madre Mimí Muñoz y continúa con sus hermana de Vicky Lagos (viuda de Ismael Merlo), Mara (fallecida en 2006) y María José Goyanes.

Nacida en 1946 en la localidad malagueña de Coín, pisó las tablas por primera vez en 1952 cuando contaba seis años de edad en la obra Fuenteovejuna de Lope de Vega, como componente de la compañía de Adolfo Marsillach en Barcelona.

Posteriormente volvió a las salas de teatro en obras como El amante complaciente, El sueño de una noche de verano, Lisístrata, El Rey ciervo y El corazón en la mano.

Su debut cinematográfico tuvo lugar a los 9 años con la película Un fantasma llamado amor, que fue dirigida por Ramón Torrado en 1965.

De sus papeles cinematográficos destacan su aparición en Canción de juventud, de Luis Lucía, que fue el primer filme protagonizado por Rocío Dúrcal en 1962, Los chicos con las chicas, de Javier Aguirre en 1967, Divinas Palabras, de José Luis García Sánchez en 1987 y Salvajes, de Carlos Molinero en 2001.

La actividad profesional más importante de Goyanes se desarrolló en la pequeña pantalla, donde participó en obras dramáticas para TVE, en programas como Estudio 3, Primera Fila, Estudio 1 o Gran Teatro, donde actuó en la obra Las Brujas de Salem de Arthur Miller en 1965.

Goyanes ha formado parte del reparto de series clásicas de Televisión Española como Historias de la Televisión e Historias para no dormir, dirigidas por Chicho Ibáñez Serrador, Crónicas de un pueblo, Curro Jiménez o Anillos de Oro.

Goyanes apareció además en series como Compañeros, de Antena 3 y Herederos en La 1. En Telecinco actuó en series como El Comisario, Javier ya no vive solo y en 2015 en la serie La que se avecina, que fue su último trabajo profesional.