El consejero de Turismo del Cabildo de Tenerife, Alberto Bernabé, ha dirigido una misiva a Ismael Prego Wismichu a través de su perfil de Facebook en la que reflexiona como padre ante el polémico espectáculo que tuvo ocasión de ver el pasado fin de semana en el teatro Guimerá. Bernabé tacha el show de "basto", "ininteligible" y de "mal gusto" pero descarta de lleno que detrás exista "apología de la pederastia", tal y como han denunciado varias madres que también asistieron al teatro.

En su texto, se dirige en todo momento a Wismichu, al que aprovecha para pedirle una reflexión por la "influencia global" que tiene lo que hace. Bernabé deja entrever que el motivo por el que acudió al espectáculo 'Hay un Wismichu en ti' fue su curiosidad por ver la reacción del público: "Estaba a tu lado, junto a los altavoces, tratando de entenderte, de entender por qué eres un fenómeno, pero, sobre todo, tratando de entender qué pasaba por la cabeza de los 700 imberbes que abarrotaban el teatro, interesado más por las reacciones del piberío ante tus bromas que por tus bromas en sí".

"A mí, tu espectáculo no me gustó pero a mis hijos sí. Y ahí está el tema. Nosotros no somos ellos", entiende Alberto Bernabé, quien añade que su espectáculo "está diseñado para ellos y no tiene ningún interés, más bien al contrario; es ininteligible, basto y ofensivo para muchos de los padres de esos 700". Pero más allá de lo experimentado en el teatro, el consejero apunta a la responsabilidad de Wismichu. "Eres un influencer de primer orden y eso es evidente que lo sabes y lo rentabilizas en un espectáculo que tiene un amplio éxito", reza la carta, en la que añade que "el espectáculo es una anécdota, es un minúsculo ventanuco del rascacielos de cristal que has construido en torno a tu personaje en internet".

"¿Hiciste apología de la pedofilia, violencia o similar? No, para nada... Eso es un auténtico disparate y es sacar las cosas de quicio. Como mucho, apología del mal gusto, pero de ahí a lo otro hay un buen trecho". Y Alude a un ejemplo: "Es como decir que los videojuegos a los que están enganchados nuestros hijos hacen apología de la violencia. Creo que no es así y que los chicos distinguen muy bien entre la realidad y la ficción".