Los Mossos d'Esquadra llegaron ayer a una primera conclusión de que las trece estudiantes fallecidas

en el accidente de la guagua en Freginals, en la provincia de Tarragona el pasado domingo, es que iban sin cinturón cuando sucedió el trágico siniestro. Además, los agentes continúan con la principal hipótesis de que el conductor, de 62 años, se durmió o se despistó por motivos que se investigan, antes de dar un volantazo. Tal vez, esa distracción, si fue así que ocurrió, fue porque algún pasajero le hizo algún comentario o porque miró su móvil. El chófer del autocar seguía ayer hospitalizado en estado crítico, como también estaba ya desde el martes.

El accidente causó la muerte de trece estudiantes, que ya fueron identificadas científicamente, por lo que la juez de Amposta que investiga el siniestro ya autorizó la repatriación de diez de los cadáveres y preveía facilitar durante la jornada de ayer la de las tres chicas que quedaban -dos de nacionalidad alemana y una austríaca-, una vez completado el informe requerido en estos casos.

Tras ser autorizada por el juez, para proceder a la repatriación de las víctimas de esta tragedia se exige el cumplimiento de unos protocolos internacionales de seguridad que supervisa Sanidad Exterior, dependiente de la Delegación del Gobierno en Cataluña, que ayer cumplimentó los trámites para que una víctima francesa pueda ser repatriada ayer y tres italianas durante el día de hoy.

El conductor, al que los Mossos d'Esquadra le atribuyen un total de trece delitos de homicidio imprudente, permanece hospitalizado en estado crítico debido a las lesiones que se le detectaron horas después del accidente.

El comisario de Movilidad de la Policía Catalana, Miquel Esquius, matizó ayer que todavía no descartan ninguna línea de investigación, si bien insistió que la que cobra "más fuerza" es que el conductor, con 30 años de experiencia, o bien se durmió o bien se distrajo.

Por este motivo, los Mossos pidieron información sobre el teléfono móvil del conductor, para comprobar si lo utilizó antes de dar el volantazo, como hacen en la mayoría de casos de accidentes parecidos. Pese a que la investigación se centra especialmente en un error humano, los Mossos mantienen todas las líneas abiertas, según Esquius, por lo que también analizan si pudo haber algún fallo mecánico, si se manipuló el tacógrafo o si el conductor estaba demasiado cansado.

Por otro lado, un total de 19 personas que viajaban en el autocar que se accidentó el domingo seguían ayer hospitalizadas, mientras que el conductor es el único que se encuentra en estado crítico en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, con una contusión pulmonar y una sepsis que le fue detectada horas después del accidente. Fueron dadas de alta hospitalaria cinco personas, mientras cuatro continuaban en estado grave y 14 menos graves, ingresadas en diferentes hospitales.