Un perro potencialmente peligroso mordió a una niña de nueve años el pasado viernes, día 25, en el rellano del portal de su vivienda, en el polígono de Cruz de Piedra, en la capital grancanaria, según informaron fuentes municipales.

Los hechos ocurrieron en torno a las 18.00 horas en el citado barrio capitalino, cuando la menor, que jugaba en el rellano, sufrió el ataque repentino de un perro que se abalanzó sobre ella y le mordió en una pierna y un glúteo, quedando enganchado a la misma. Su padre y un vecino consiguieron separar al animal. El ataque del perro causó heridas de gravedad a la niña, que tuvo que ser trasladada por una ambulancia del Servicio de Urgencias Canario (SUC) al Hospital Materno Infantil donde precisó de intervención quirúrgica y ya ha sido dada de alta.

Tras ser alertados por una llamada al 092, los policías locales acudieron al lugar y comprobaron que se trataba de un perro de la raza staffordshire, considerado como potencialmente peligroso.

Además, los agentes comprobaron que el dueño del animal, un joven de 19 años, carecía de licencia para la tenencia de perros potencialmente peligrosos, y no contaba con la documentación exigida por la ley para su control, así como de las vacunas reglamentarias.

La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria investiga si en este caso fue un despiste lo que motivó que el perro escapara de su casa y atacara a la menor, según manifestó a los agentes un familiar del propietario del animal, que en ese momento se encontraba fuera de la vivienda.

La Unidad Canina de la Policía Local, que entre sus funciones tiene encomendadas las competencias para actuar en caso de agresiones protagonizadas por perros potencialmente peligrosos, procedió a retirar al animal a su propietario el mismo viernes para entregarlo al albergue insular de animales y ponerlo en cuarentena.

Finalmente, la Policía Local denunció al propietario por carecer de la licencia para la tenencia de animales peligrosos, así como por no haber obtenido ninguno de los documentos exigidos para el control del perro, lo que conllevaría varias multas. Por todo ello, los policías pusieron los hechos en conocimiento de la autoridad judicial, pues las heridas causadas en la menor precisaron de cirugía y podrían ser constitutivas de un delito de lesiones por imprudencia.