Ucanca González Arias tiene 35 años y en los últimos dos años ha estado condenada a muerte por el hombre que fuera su pareja, Joel Louis Gilbert Bollara, de 38, quien decía quererla, pero probablemente lo que deseaba era verla muerta.

De hecho la última de sus amenazas, al ver que la víctima no quería regresar a su lado, fue "no te voy a dejar en paz, ni en esta vida ni en la siguiente. Te voy a matar, hasta que te mate no voy a parar". Desde ese día es considerada como una víctima de riesgo extremo y cuenta con protección personal de la Guardia Civil las 24 horas del día. "Sólo tengo palabras de agradecimiento para estos hombres que velan por mi seguridad. Pertenecen a la patrulla rural de Playa de las Américas y me apoyan constantemente tanto en el plano personal como psicológico. Son fantásticos".

El agresor, vecino de Tenerife, sobre el que pesan al menos una decena de denuncias, fue citado el pasado día 31 de marzo en el Juzgado de Violencia de Género de Arona. Llevaba puesto un dispositivo telemático para evitar que se acercase a su víctima. Ese día a las 10.00 horas tenía que presentarse en el mencionado órgano judicial, junto con dos testigos. Cuando escuchó al fiscal que le pedían nueve meses de prisión, apagó el teléfono móvil, se arrancó la pulsera telemática y huyó. Al parecer, desde el centro de control la última vez que se tuvo conocimiento de su situación fue en Arona, sin que hasta la fecha haya sido detenido.

La relación de Ucanca ha estado marcada por los malos tratos de Joel Louis prácticamente desde el mismo momento en que comenzaron a vivir juntos. "Él empezó con problemas de adicciones. A través de sus recetas médicas me entero de que era adicto a la cocaína y alcohólico. Entonces, lo intento sacar de su círculo, pero en ese momento, por falta de dinero nos fuimos a vivir a El Fraile, en Arona", explicó Ucanca González.

Adicciones

"Cuando logré reunir el dinero para alquilar una casita en Icod de los Vinos, me robó mil euros, que se gastó en droga y bebida. Recuerdo cómo esa noche llegó a casa borracho como una cuba, tocó en la puerta y al verlo en el estado en que se encontraba le dije que me dejara en paz. Su respuesta fue arrancar la puerta de un armario y comenzar a pegarme en la parte trasera de la cabeza así como en los brazos", narró González.

"No contento con atacarme se abalanzó sobre mi perro y le arrancó parte de una de las orejas. Gracias a un amigo marroquí que le acompañaba no terminó por matarme", contó Ucanca, que agregó: "La Guardia Civil me aconsejó que me marchara de mi casa, algo que Joel Louis no aceptó. Por ello, me concedieron una orden de protección. Yo tuve que hacer de investigadora y decirle a la Guardia Civil que se encontraba ingresado en una clínica de Las Américas. Sin embargo, logró escaparse".

Tras ver el panorama que le esperaba, Ucanca optó por abandonar Tenerife e irse a Francia. Sin embargo, el maltratador acabó por localizarla. Una llamada del padre de este individuo ablandó su corazón y acabó por concederle una segunda oportunidad. Entonces, el calvario se convirtió en agonía.

"Su padre ingresó en mi cuenta 10.000 euros y decidí ir a devolvérselos a Bélgica. Una vez me convence para otra oportunidad y regreso junto a él en Bélgica. Me encerró durante 15 días en una habitación, atada a la pata de cama y con la puerta cerrada con llave".