Un transportista, llamado Juan Carlos R. Q., vecino de Pontevedra y de 52 años de edad, murió la pasada madrugada al atragantarse con un trozo del bocadillo que pidió en un bar de Vilaboa (Pontevedra), sin que nada pudiese hacerse por salvar su vida. Era un pepito de ternera. Ocurrió a las 04.20 hora canaria, en la cafetería El Descanso, situada en la estación de servicio de Paredes, un local que, de manera habitual a esas horas, frecuentan camioneros y transportistas, como era el caso del fallecido, que accedió al establecimiento con otros dos compañeros. Al ingerir lo que había pedido, fue cuando sufrió la oclusión que provocó su deceso y los intentos de reanimación resultaron infructuosos, por lo únicamente se pudo certificar su defunción.