Arona vivió ayer su día más trágico. La localidad turística de Los Cristianos se despertó viendo de cerca el rostro del horror. A las 9.31 horas de la mañana, un edificio de viviendas y locales comerciales de cinco plantas, situado entre las calles Valle Menéndez y Amalia Alayón, concretamente en el número 12, se vino abajo. Según describieron los propios vecinos, primero se sintió un gran estruendo y luego vino otro aún más fuerte acompañado de una enorme polvareda que apenas dejaba ver nada. La estructura del inmueble había cedido, dejando en pie solo una cuarta parte de sus apartamentos. Como consecuencia del desplome, al menos una persona ha fallecido. Se trata de una mujer de 77 años y de nacionalidad extranjera que en ese momento se encontraba en el interior de su vivienda.

Sin embargo, todo apunta a que la catástrofe podría ir a más. La información que maneja el propio Ayuntamiento aronero es de que, al menos, otras diez personas, de los 28 inquilinos que residían ahora mismo en el inmueble, permanecen en paradero desconocido. Además, hay tres heridos confirmados, uno de ellos, una mujer de 57 años, se encuentra ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospiten del Sur por varios traumatismo y en estado grave. Los otros dos casos se corresponden con un varón de 28 años con una fractura en la clavícula y otro hombre con un episodio de ansiedad.

La ciudad turística se vio sumida en el caos durante todo el día. El corte de varias calles y el acordonamiento de toda la zona aledaña al edificio, que se corresponde con el mismo centro de la localidad, donde se asientan inmuebles tan importantes como el Auditorio Infanta Leonor o el Centro Cultural de Los Cristianos, ocasionó retenciones de tráfico. Cientos de vecinos y turistas se acercaron a pedir información. Algunos aseguraban, preocupados y desbordados por el nerviosismo, que sus familiares residentes en el edificio afectado no respondían al teléfono. Otros, con la maleta en mano, buscaban un sitio donde poder alojarse.

Los trabajos de rescate y búsqueda de víctimas empezaron minutos después del desplome gracias a un despliegue sin precedentes de más de 250 miembros del Servicio Canario de Salud, bomberos, policías locales y nacionales, efectivos de la Guardia Civil o profesionales de Cruz Roja, entre otros cuerpos. Las labores de desescombro, realizadas bajo la mirada de familiares y visitantes, continuaron durante toda la noche, después de que se procediera a demoler el resto del edificio a última hora de la tarde. Según las informaciones aportadas por el Consistorio del municipio sureño, los trabajos seguirán hoy y muy posiblemente en próximos días.

Hipótesis

Aunque todavía no se conoce la causa oficial del desplome del edificio, algunos de los testigos y los propios vecinos del inmueble aseguraron ayer que el origen del derrumbe podría estar en las obras que se estaban realizando en un local situado en el bajo del edificio. Este establecimiento, de más de 70 metros cuadrados, que antiguamente albergaba una sucursal de Banesto, estaba siendo reformado para instalar un negocio de venta de material de peluquería.

Según explicó la presidenta de la comunidad del edificio afectado, Anima Marrero, los últimos días había oído fuertes golpes. "Me acerqué a ver qué estaba pasando y me contestaron que todo estaba bajo control y que solo estaban derribando las divisiones del local", detalló la inquilina. Marrero y otros de los residentes del inmueble también apuntaron que, a raíz de esta actuación, habían aparecido algunas grietas en sus casas. "Antes de eso, el edificio estaba en buen estado. Nunca hubiera pensado que se podía venir abajo", añadió la presidenta de la comunidad.

Los vecinos también corroboraron que, esa misma mañana, los operarios estaban trabajando en el interior del local. Así lo reveló Isidora Araujo, quien desde su hogar, localizado en una edificación cercana al inmueble desplomado, escuchó las obras. "Al principio eran ruidos como de obra, luego vinieron los grandes estruendos y el polvo. Subí la persiana y no veía nada. Pensé que había sido un terremoto", declaró Araujo. Algunas fuentes también hicieron alusión a que esta obra podría no tener licencia. El Ayuntamiento no tenía ayer constancia de que se hubiera concedido una licencia de obra mayor en el edificio.

La otra hipótesis es la posible explosión de gas ya que algunos inquilinos habían notado un ligero olor a gas los días anteriores al suceso. Sin embargo, las autoridades siguen sin ofrecer una versión oficial sobre las causas del derrumbe, que se investigarán cuando acabe el operativo de rescate.

Desalojo

Además de los residentes en el edificio afectado, el Ayuntamiento de Arona también procedió ayer a desalojar a los vecinos de hasta cuatro inmuebles colindantes, concretamente de los edificios Bruno, Linares, Chicharro y Por la Mar, como medida de prevención. En total, 14 personas que vivían en el entorno de la zona del derrumbe fueron realojadas, de las que seis de ellas acudieron a hogares de familiares, otras seis al Hotel Princesa Dácil y el resto al Hotel Arona. Muchos otros establecimientos privados del municipio, así como los camping de Arona y Adeje, tendieron su mano y mostraron su predisposición a albergar a los afectados.

Para poder atender a todos los familiares y personas damnificadas por el suceso, el Consistorio instaló un punto de información en el propio Centro Cultural y un teléfono de atención: 012 para los vecinos y 922 76 16 00 para las llamas de fuera del municipio.

Operativo

En el operativo desplegado para rescatar a las posibles víctimas del desplome de Los Cristianos trabajan más de 250 personas, entre ellas 57 bomberos, 52 miembros de Cruz Roja -con dos ambulancias de soporte vital básico y una medicalizada-, Servicios de Urgencia Canarias -con un hospital de campaña y dos ambulancia de soporte, una medicalizada y un vehículo de intervención rápida-, 50 profesionales de la Unidad Militar de Emergencias (UME), cinco agentes de la unidad de rescate de la Guardia Civil, 50 policías nacionales y locales, 45 voluntarios de Protección Civil y 17 psicólogos, 8 trabajadoras sociales y 6 unidades caninas, además de otras 8 ambulancias de empresas externas.

Así lo detalló el alcalde, José Julián Mena, quien destacó que los bomberos y los militares de la UME trabajan coordinadamente para el rescate con maquinaria pesada. A estas labores se podría sumar la Unidad Militar de Emergencia e Sevilla, según avanzó ayer el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento. Bento aseveró que los 67 efectivos, así como los cinco perros que se encuentran en la capital andaluza, serían movilizados para conseguir "mantener el esfuerzo de búsqueda" y garantizar el "personal de refresco".

El inmueble

El edificio que se vino abajo ayer tiene alrededor de 50 años. Según sostienen los expertos, se trata de uno de los edificios más antiguos de la ciudad pero aún joven para derrumbarse sin motivo, ya que la vida media de una edificación como esta está en los 100 años. Dividido en cinco plantas, incluyendo el ático y el bajo, el bloque contaba con varios locales de negocios, como un supermercado, un bar y un restaurante.

Según explicó la presidenta de la comunidad, el edificio albergaba 24 apartamentos-estudios de pequeñas dimensiones con una sola habitación. "En la mayoría de ellos vivía una sola persona", detalló Marrero. Sus inquilinos eran, en gran parte, extranjeros que residían en el edificio por un periodo de tiempo determinado. "Muchos vienen a pasar el invierno para escapar de las bajas temperaturas de sus países", añadió la presidenta. También había alguna familia y varias señoras mayores.

El edificio está ubicado en el centro de la localidad, a apenas unos metros del Centro Cultural de Los Cristianos y del puerto marítimo, y por uno de sus laterales hay un pequeño paseo peatonal, llamado Jorge Ledesma, muy concurrido. En este sentido, los residentes destacaron ayer "la suerte" de que a la hora que sucedió el desplome, las 09.31, "no hubiera mucha gente por la zona". "Podría haber sido mucho peor ya que hay varios negocios por aquí que casualmente estaban cerrados", señaló Marrero. La presidente de la comunidad hacía referencia al supermercado, que ayer abría a las 11 de la mañana, y al bar La Estación, que cierra todos los jueves.

Los desaparecidos

La angustia era máxima entre aquellos familiares y amigos que ayer seguían buscando a sus allegados desaparecidos. Entre las ocho personas que aún permanecen desaparecidas, según apuntaron los propios vecinos y familiares, podría encontrarse una mujer e origen marroquí con la que su marido, Saddic Barba, seguía sin poder contactar a última hora de ayer. La residente había llevado a sus dos hijos al colegio a primera hora de la mañana y, justo a su regreso a casa, ocurrió el derrumbe.

La presidenta de la comunidad también comentó que están buscando a un ciudadano italiano que vivía solo y frecuentaba una cafetería cercana. Asimismo, el propietario de uno de los apartamentos expresó su preocupación por el paradero del inquilino al que le tiene alquilado desde hace cinco meses la vivienda.