Dos de las cinco personas que permanecían desaparecidas tras el derrumbe parcial del edificio Julián José, en Los Cristianos, el pasado jueves, fueron halladas anoche sin vida entre los escombros. Se trata de un hombre y una mujer, cuyos cuerpos fueron localizados sobre las diez de la noche por los equipos de emergencia y que pudieron ser rescatados casi una hora más tarde.

El Servicio de Emergencias de Canario 112 no facilitó ningún otro dato que permita saber su identidad. Según confirmó ayer por la tarde el Ayuntamiento de Arona, el operativo rastreaba a personas de nacionalidad finlandesa, italiana, marroquí y española. Se trata del finlandés Markus; la marroquí de 27 años Hanan, los italianos Alessandro Locaelli, nacido en Turín en 1962, y Graziella Fagnoli, nacida en Predappio, en la provincia de Forlì­Cesena, en 1939, y de Flor, una sexagenaria asturiana que pasaba el invierno en la Isla junto a un grupo de amigas del Principado que residían en otros edificios.

En estos momentos, el número de fallecidos en el derrumbe de Arona se eleva a cuatro. Las otras víctimas mortales aún no han sido identificadas. Se trata de dos mujeres halladas el jueves, que tenían 77 años una y la otra alrededor de 40. La noticia sobre los nuevos hallazgos sobresaltó anoche a las decenas de familiares y amigos de las personas desaparecidas, que han recibido apoyo psicológico.

Asimismo, la canaria Coromoto Arvelo, de 57 años, y el italiano Daniele Mercadante, de 28 años, continúan ingresados pero fuera de peligro en Hospiten Sur. En paralelo, más de 200 profesionales, entre sanitarios, efectivos de salvamento, policias y piscólogos permanecen trabajando en el dispositivo instalado en Los Cristianos mientras continúan las labores de desescombro y búsqueda de víctimas.

Además, durante la jornada de ayer se desplazó a la zona nueva maquinaria pesada para asegurar y sanear parte de la fachada que da a la calle Amalia Alayón , que había quedado inestable, y así garantizar la seguridad de los equipos intervinientes. El peligro que representaba esa parte del edificio que sigue en pie ha ralentizado la intervención sobre el terreno, ya que primero se procedió a apuntalar parte de la estructura y a derribar otra con una pala mecánica.

Equipos de bomberos de Lanzarote y Gran Canaria se desplazaron ayer a Tenerife para colaborar en la retirada de escombros, que se ha hecho de forma manual desde el primer momento. También llegaron de Gran Canaria efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El cabo mayor Reinaldo Estévez explicó ayer por la tarde que estaban removiendo los restos del edificio con la esperanza aún de encontrar algún superviviente. En esa labor cooperaron también los perros rastreadores de la UME, la Guardia Civil y la AEA, que con su olfato ayudaron a priorizar las zonas donde excavar. Además, los equipos contaban con herramientas técnicas de apoyo como cámaras y micrófonos que introducían entre los cascotes y enseres en aquellas zonas de más difícil acceso.