Entre las muestras de gratitud a los bomberos que participaron en las tares de rescate y desescombro había una muy particular. Se trataba de un diploma y una medalla con los colores de la bandera de Tenerife que una madre, de 34 años, testigo de la tragedia hizo llegar a los bomberos. Esta nota decía así : "De pequeña mi madre me enseñó que los ángeles viven en el cielo. Cosa que ahora que so madre también intento que mi hijo crea que sea así. Pero este pensamiento cambió el pasado 14 cuando recibí la noticia del derrumbe en Los Cristianos. Estaba trabajando y se me erizó la piel ¿y a quién no? Fui a recoger a mi hijo y antes de regresar a casa, pasé por Los Cristianos. Aparqué mi coche y fui caminando con mi hijo que se llama Víctor. De lejos se veía muchísima gente de rescate y curiosos, pero en ese momento lo más llamativo era el silencio abrumador que había en el corazón de Los Cristianos que en ese momento dejó de latir. Un silencio que desprendía dolor. Desprendía luto en el aire. A cada paso ese silencio gritaba más y más por dentro. Me paré y desde lejos veo a todos del rescate trabajando y mi hijo me pregunta. ¿Mamá tú ves a los bomberos? Y yo contesto ¡Yo veo ángeles sin alas! Porque en ese momento descubrí y entendí que los ángeles no solo viven en el cielo. Están ejerciendo de bomberos, que con sus propias manos están día y noche trabajando en esa ardua búsqueda. Bajo un cansancio físico y mental inimaginable. En ese momento me di cuenta que los ángeles existen. Con eso quiero darles las gracias a cada uno de vosotros. Una madre que a los 34 años enseñó a su hijo que los ángeles no tienen alas".