Un terremoto de magnitud 4,2 en la escala de Richter se percibió ayer en toda la isla de El Hierro, sin que se tenga conocimiento de que provocase daños, confirmaron fuentes del Cabildo Insular. El seísmo tuvo lugar a las 14.32 horas, con epicentro al norte de Valverde, la capital de la isla, y foco a 26 kilómetros de profundidad, de acuerdo con los datos que recoge el Instituto Geográfico Nacional (IGN) en su página web.

EL IGN, responsable de la Red de Vigilancia Sísmica, atribuye a este seísmo una intensidad de entre III y IV; es decir, entre "débil" (seísmos que se perciben como un temblor y hacen balancear ligeramente a los objetos colgados) y "ampliamente sentido" (seísmos que provocan una vibración más fuerte, que hace que las vajillas, puertas y ventanas golpeteen y las lámparas se balanceen).

De hecho, testigos presenciales relataron a la agencia Efe que, en esta ocasión, no sólo se sintió este seísmo en varios puntos de El Hierro cómo temblaba el suelo, sino que también se movieron las estanterías de las casas de la localidad de Valverde.

Desde 2011, la isla de El Hierro ha sufrido miles de terremotos asociados a la erupción que se produjo ese año frente al puerto de La Restinga, la mayoría de ellos imperceptibles para la población. Hasta la fecha, esos temblores no han provocado más daños que desprendimientos en las escarpadas laderas de la isla, que en ocasiones han obligado a cerrar al tráfico algunas carreteras.

El mayor de los seísmos registrados en esa secuencia ocurrió el 27 de diciembre de 2013, tuvo una magnitud de 5,1 y fue sentido incluso en las islas vecinas de La Gomera, La Palma y Tenerife. En esa ocasión, el movimiento de tierra fue más superficial (con foco a 15 kilómetros de profundidad) y ocasionó desprendimientos en las laderas del valle de El Golfo, que obligaron a cerrar las carreteras de Frontera a Sabinosa y del Pozo de la Salud a Lomo Negro.

La presidenta del Cabildo de El Hierro, Belén Allende, pidió ayer "tranquilidad" a la población. El Cabildo informó de que no se tiene conocimiento de que se haya producido algún daño personal, material o incidentes en el estado de las carreteras de la isla, a falta de una evaluación exhaustiva por parte de la institución insular.