Un turista alemán de unos 60 años, cuya identidad no fue facilitada, murió ayer por una parada cardiorrespiratoria mientras participaba con su esposa en un paseo por la costa del sur de Tenerife a bordo de una embarcación de recreo.

Los hechos ocurrieron por la mañana, cuando el barco, tras partir del puerto de Los Gigantes, en Santiago del Teide, fondeó frente a la cala de Masca para que los cerca de 70 turistas que participan en la excursión se dieran un baño.

Una madrileña de 50 años, Ángelis González, que estaba en la embarcación con sus tres hijos, relató lo ocurrido. "Nos estábamos bañando cuando a escasos metros vimos que un hombre se quedó flotando boca abajo. Varios nos acercamos pero no respondía. Ahí nos temimos lo peor", comentó.

Ángelis González denunció que la tripulación "no actuó de forma diligente" ante la emergencia y que el hombre que llevaba una lancha que se encontraba muy cerca del barco rechazó las peticiones de ayuda para trasladar con mayor rapidez al afectado al puerto de Los Gigantes. "Cuando subieron al turista al barco, el responsable y la tripulación no sabían muy bien qué hacer. Me dio esa la sensación".