Una mujer de nacionalidad china, de 37 años, fue detenida e ingresó ayer en prisión por haber matado a golpes con un palo al hijo de nueve años de su pareja sentimental, en el domicilio familiar, en el distrito de Triana de Las Palmas de Gran Canaria. El niño era víctima de malos tratos de forma habitual. El padre biológico del pequeño, pareja sentimental de la mujer, que confesó el homicidio, quedó en libertad con cargos por un supuesto delito de malos tratos por omisión.

La mujer agredió a su hijastro con un palo de unos sesenta centímetros de largo. La policía lo encontró manchado de sangre, junto a la cama del dormitorio principal de la vivienda, sobre la que se hallaba el menor muerto en medio de un charco de sangre.

Agentes de la Policía Nacional detuvieron la madrugada del lunes día 9 de mayo a la mujer china, de iniciales N. L., de 37 años, sin antecedentes policiales, por ser la presunta autora del homicidio de su hijastro. Los hechos sucedieron en la segunda planta de un edificio de la calle Doctor Juan de Padilla, paralela a la avenida Primero de Mayo, en la trasera del edificio de Correos, en el centro de la capital grancanaria.

Ella misma fue la que telefoneó a las 00.08 horas del lunes al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes)-112 e indicó que un menor se encontraba en mal estado y que solicitaba ayuda médica. Después, la mujer reconoció a los policías que había golpeado en repetidas ocasiones a su hijastro.

En el mismo domicilio estaba también en esos momentos el padre del niño fallecido, R. H., de 55 años, camarero que trabaja en un restaurante chino de la zona. El padre aseguró a los agentes que no estaba presente en el momento en el que ocurrió la mortal agresión. En un primer momento también fue arrestado por su presunta vinculación con los malos tratos al pequeño. Otro menor, el hijo común de la pareja, de tres años, se encontraba en el piso familiar cuando se produjo el homicidio, informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Canarias. El pequeño de tres años quedó a cargo del departamento de Menores del Gobierno de Canarias.

El personal de una ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario (SUC) asistió al niño maltratado pero el médico sólo pudo confirmar el fallecimiento del niño, cuyo cadáver fue trasladado después al Instituto de Medicina Legal para realizar la autopsia.

La inspección policial y los reconocimientos médicos sobre la víctima pusieron de manifiesto que el menor fallecido tenía en su cuerpo marcas claras que indicaban que había sido maltratado con anterioridad.

A última hora de la mañana de ayer, los dos detenidos comparecieron ante el titular del Juzgado de Instrucción número uno de Las Palmas de Gran Canaria. El juez decidió el ingreso en prisión provisional para la madrastra, N. L., por los delitos de homicidio y malos tratos habituales. El padre, R. H., quedó en libertad con cargos, siendo investigado por participar en el delito de malos tratos por omisión.

Pasadas las cinco de la tarde, el padre del niño regresó en taxi al domicilio familiar, bajó rápidamente del vehículo y evitó hacer declaraciones sobre lo ocurrido en su domicilio. Se limitó a decir a los periodistas: "Ahora no. Sólo importa el niño [el pequeño de tres años]". Media hora después, tras cambiarse de indumentaria, salió del domicilio hacia la calle Doctor Juan de Padilla hasta subir por la calle Perdomo y tomar otro taxi en la avenida Primero de Mayo.

Tras estas dos detenciones de los padres y el ingreso en la cárcel de la madre, el otro pequeño de tres años quedó a cargo de la Viceconsejería de Política Social del Gobierno de Canarias.

Esta actuación policial y la investigación policial, que aún continúa abierta, fueron llevadas a cabo por parte de miembros del Grupo de Homicidios de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas.

Sorpresa

La incredulidad, la tristeza y una gran estupefacción quedaron muy palpables y evidentes entre muchas personas, en particular entre vecinos y trabajadores que conocían a este matrimonio chino, residente desde hace unos ocho meses en la calle Doctor Juan de Padilla, al conocer que uno de los dos niños había muerto tras recibir golpes con un palo.

"Me da mucha pena lo que le pasó al niño grande, al de nueve años, pero también me afecta mucho la situación del pequeño, lo que habrá visto o sufrido", manifestó a este periódico un empleado de un negocio cercano, que casi a diario veía a esta familia.

"Nunca veía una actitud mala o violenta por parte de la madrastra. Ni tampoco les he oído gritos o una discusión por parte de ella o del padre. Quizás era más atenta con el pequeño, que realmente era su hijo. Le hablaba en chino y en español al pequeño. Le explicaba cómo se hacen las cosas, en español, cómo cruzar la calle o cómo tirar la basura en el contenedor. Ellos vivían en ese piso como mucho desde hacía ocho meses. El niño grande era más serio e independiente", agregó.

La que estaba ayer muy sorprendida por todo lo ocurrido era la trabajadora de un negocio cercano, que prefirió mantener el anonimato. "El martes me dijo el padre de los dos niños 'buenas tardes', con un tono y con una normalidad, como si no hubiese pasado nada la noche del domingo, como si su hijo no hubiese muerto. Aún estoy que no me creo que haya pasado todo esto. Los veía cada mañana cómo salían del edificio para ir al colegio y a la guardería, con sus mochilas, bien vestidos y arregladitos". "Estoy muy sorprendida. Es que siempre vi normalidad entre ellos, ninguna mala manera, o gritos. Se mostraba más preocupada por el pequeño, con mucho interés por saber, por ejemplo, si tenía un rasguño en un dedo", agregó.

Una empleada de Correos destacó su "tristeza". "Aunque sea un hijastro, me pregunto cómo puede maltratar y matar a un niño. Y tampoco puedo entender la actitud del padre de no denunciar", declaró ante el portal familiar. "Cómo el profesorado del colegio no se dio cuenta o dio la alarma. Qué raro de que no se percatasen de que sufría malos tratos. Hoy en día los profesores y el personal del colegio están muy atentos a cómo están los alumnos. Quizás no llevaron a este niño a las vacunas. El personal sanitario se hubiese dado cuenta de esas marcas", reflexionó la trabajadora de Correos.