El Tribunal Supremo de Florida (EE UU) ha desestimado el recurso presentado por la fiscalía por la anulación de la condena a muerte del español Pablo Ibar, decidida por esa misma instancia judicial en febrero. Ibar lleva casi 22 años preso, 15 de ellos en el corredor de la muerte, en un penal de Rainford, en Starke (Florida). Según la información recabada por la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, el traslado de Ibar a un régimen penitenciario normal, tras esta decisión del Supremo, puede producirse "en un plazo máximo de 15 días".

El dictamen del Supremo de Florida, que sigue en pie, implica la celebración de un nuevo juicio contra Ibar, de 45 años y único español que estaba condenado a muerte en Estados Unidos. desde que en 2000 fue condenado a la pena capital por el triple asesinato. Uno de los argumentos de peso examinados por el Tribunal Supremo de Florida para la anulación de la condena es que el "ADN de Ibar no fue encontrado en la camiseta recuperada" en el lugar del triple crimen y que el asesino usó para "cubrirse parcialmente el rostro".

La defensa de Ibar, quien siempre ha mantenido su inocencia, resaltó en su apelación ante el Supremo de Florida la poca fiabilidad de la prueba determinante, un vídeo "sin sonido, borroso, granulado", grabado por las cámaras de seguridad de la casa del dueño del club y el testimonio, en ese sentido, de un experto facial que lo tacha de nada fiable.

El vídeo en blanco y negro fue grabado por las cámaras de seguridad de la casa del dueño del club nocturno y en el mismo aparecen dos individuos con el rostro cubierto buscando objetos de valor. Al final de la grabación se observa cómo uno de ellos se descubre la cara y, pese a la mala calidad de la imagen, la fiscalía dijo en el juicio que esa persona era Ibar.

Por su parte, Cándido Ibar, padre del español Pablo Ibar, confesó ayer en Vitoria que se siente "en el aire" al saber que su hijo abandonará el corredor de la muerte en quince días.

El progenitor del preso de origen vasco, que nunca perdió la esperanza de ver a su hijo sin el uniforme naranja, se ha mostrado "muy contento" por la "increíble" noticia que llevaba esperando más de quince años, aunque ha explicado que no ha podido hablar con él, por lo que desconoce cómo se encuentra en la actualidad.

Cándido Ibar ha reconocido que todavía no esperaba la noticia y que ha sido una "muy buena sorpresa". También indicó Cándido Ibar que, aunque el traslado de su vástago a una prisión común es positivo para él, las visitas de la familia dejarán de ser presenciales y se llevarán a cabo ahora mediante pantallas.