Casi no lo puede contar, pero superó la experiencia que le ha cambiado. Hay un antes y un después. Rafael Giraldo Vargas, de 58 años, se metió en el agua en la playa de Castillo del Romeral la tarde del martes, sin saber que iba a estar algo más de doce horas en el mar empujado por las fuertes corrientes. Una piscifactoría fue su salvación. Logró agarrarse en una de sus jaulas hasta ser visto por los equipos de rescate desde un helicóptero. Este es su relato desde una habitación del Insular.

Después de haber estado durante más de doce horas solo en el mar, incapaz de llegar a la orilla y viendo al helicóptero y los equipos de rescate en la lejanía, Rafael Giraldo Vargas está sobrado de alegría, satisfacción y agradecimiento. Eso sí, continuaba ayer tarde ingresado en el Hospital Insular de Gran Canaria, sin poder moverse mucho por los dolores en piernas y brazos y por el agotamiento que sufría.

¿Cómo se siente ahora tras lo ocurrido en el mar?

En la gloria, tras todo lo que he vivido durante esas doce horas solo en el agua. Tuve mucho dolor, frío y sufrimiento. Esta experiencia de no se la recomiendo a nadie.

¿Cómo ocurrió?

Me metí en la playa de Castillo del Romeral. Serían las siete y vente del martes. Me apetecía un baño. Sin darme cuenta, me estaba alejando demasiado de la costa. Empecé a estar cansado. Además la corriente era fuerte y me alejaba e impedía volver.

¿Qué se le ocurrió hacer?

Vi una boya. Fui hacia ella. Me di cuenta que era pequeña y que era difícil mantenerme bien para descansar. Veía el helicóptero y los equipos de rescate que estaban en la costa en la playa. Era demasiado lejos. No me veían, ni oían. Desesperación. Cayó la noche. (Los amigos alertaron de su desaparición sobre las 21.25 horas).

Y entonces...

Estaba ya muy cansado y el mar me empujaba. Se me ocurrió hacer el Cristo y dejarme llevar por la corriente. No podía hacer otra cosa. Así estuve muchas horas. Cuando estaba comenzando a amanecer, y volví a conseguir ver lo que me rodeaba, me pareció ver una estructura. Me acerqué como pude. Se trataba de las jaulas de una piscifactoría de Castillo del Romeral. Me costó llegar, pero me subí y me agarré.

¿Cuándo lo vieron?

No sé cuánto tiempo estuve allí, No tenía reloj. Sólo veía el cielo que se aclaraba más. Pudo ser veinte minutos el tiempo que estuve agarrado en la jaula, o más tiempo, o una hora. No lo sé bien. Lo que estoy seguro es que pasó un helicóptero de Salvamento Marítimo. Me vieron [09.15]. Luego llegó un barco de Salvamento Marítimo. También intervinieron en la búsqueda la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y Protección Civil, entre otros]. Me costó subir al barco. Tenía bastante frío en ese momento, y en todas las horas anteriores que estuve en el agua. No se lo aconsejo a nadie.

¿Cómo está ahora?

Estoy con muchos dolores y me cuesta moverme. Sin embargo, estoy muy agradecido de poder estar aquí, y también por cómo me trataron en Urgencias y en planta.

¿Durante esas horas de la noche tuvo momento de peligro por fauna marina o similar?

Que yo sepa no. Sólo vi un pájaro grande. No te puedo decir de qué especie era. Tan cansado estaba y a oscuras que no me fijaba. Sólo que era grande, que se puso cerca de mí y se marchó.

¿Qué le ayudó a superar esas horas de la noche, solo y a oscuras en el océano?

Dios, y Dios es amor. Hay que creer en el amor. Sé que estaba Jesucristo conmigo, en esa lucha entre la vida y la muerte. La fe me ayudó a superar este sacrificio de más de doce horas en el agua. Era Jesucristo quien estaba conmigo, nadie más. Recordé durante tantas horas en el agua que hay que ser humilde. Nadie es más que nadie. Años atrás hice muchas cosas mal para los demás. Sin embargo, llevo años que estoy muy interesado en la Biblia y en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La paz es posible en el mundo si hay armonía, que podemos conseguir si no hay mentira. Prometí decir sólo la verdad. Hay que vencer con la espada de la verdad. Hay que hacer el bien, y así se gana al mal. También hay que pedir perdón por todo lo malo que se haya hecho.

¿Tuvo miedo?

Sí, lo tuve, soy sincero y le digo la verdad, cómo no. Fue mucho tiempo solo en el agua. También sufrí. Pero, bueno, gracias a Jesucristo, y a los demás, estoy a salvo. Es de bien nacido ser agradecido.

¿A qué se dedica?

Soy fotógrafo. Mucho tiempo he trabajado como tal en un centro comercial de Puerto Rico, en Mogán, con loros, para hacer fotos. Vivo en El Tablero, en San Bartolomé de Tirajana. Nací en Barbastro, en la provincia de Huesca, y tengo 58 años. Me crié en Córdoba. Llevó en Gran Canaria más de treinta años.