El hombre de 40 años, toxicómano, que fue denunciado por un supuesto intento de secuestro de un niño de ocho años el jueves en Altavista, quedó ayer en libertad y en el mismo barrio capitalino. El detenido compareció ayer por segunda vez ante la jueza titular del Juzgado de Instrucción número dos de Las Palmas de Gran Canaria. La primera vez fue el sábado y prolongó su arresto hasta ayer.

La titular de dicho juzgado ordenó el alejamiento del denunciado a 500 metros respecto a los domicilios del menor de ocho años y su prima de nueve. Además, el hombre tiene que comparecer todos los lunes en el juzgado. Ayer también declararon ante el juez un policía nacional, los padres de los menores y una vecina.

Al acusado de tentativa de secuestro detenido en Altavista se le realizaron pruebas de ADN para comprobar si tiene alguna relación con algún caso denunciado de abuso sexual o tocamientos a menores en la capital grancanaria. Igualmente, un segundo médico forense le hizo una revisión médica y psicológica.

Por la tarde, el arrestado regresó al centro penitenciario de Salto del Negro para recoger sus cosas. Al parecer, en la actualidad este varón se aloja en un local de la calle Don Pedro Infinito. Roberto B. S., el padre del menor, que presuntamente iba a ser víctima del secuestro, mostraba ayer su dolor por la puesta en libertad del denunciado: "Estamos muy molestos. No es sólo porque se le hayan dado la libertad, sino por esa orden de alejamiento de 500 metros del menor y de su prima. Es ridículo porque me comentaron que está viviendo con un amigo en un local de la calle Pedro Infinito. Eso quiere decir que está a 300 metros de nuestra casa, en la calle Nicolás García Guerra".

"Lo vemos tan claro que no entiendo esa decisión de la jueza, en vez de dejarlo en la cárcel. ¿Hay que esperar a que haya una víctima o que se confirme una violación o abuso de un niño para que se actúe? Él reconoció ante la jueza que cuando bebe le gustan los niños", aseguró el padre del menor que supuestamente intentó secuestrar.

Los hechos ocurrieron el pasado jueves en torno a las 20.20 horas en la calle Tomás García Guerra. Un varón de 40 años se acercó a los dos menores, a los que les ofreció un paquete de galletas y un zumo, y corrió detrás del niño cuando éste lo hizo hacia su padre, que estaba a unos veinte metros de distancia. Tras un forcejeo, varias personas se interpusieron para evitar que se agrediese más al sospechoso hasta que llegó la policía al lugar y evitó un linchamiento.