La Policía Nacional ha intervenido un centenar de armas en un caserío de Bizkaia y ha detenido a un hombre acusado de poseer un taller clandestino para la confección de armas de fabricación casera, cuyo destino, en principio, no eran grupos terroristas o el crimen organizado.

Entre el material incautado, se encuentran 32 armas cortas y 55 armas largas, munición, cargadores, silenciadores y dos kilos de pólvora, según ha informado este jueves el Ministerio del Interior.

La operación 'CAN' ha sido realizada por efectivos de la Comisaría General de Información y de la Jefatura Superior de Policía del País Vasco, con sede en Bilbao, en el marco del Proyecto Europeo de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Armas y ha contado con la colaboración de Europol.

La mayor parte de las piezas intervenidas son armas de fuego, además de "un importante número" de detonadoras que no cumplen los estándares europeos de seguridad por "su facilidad para ser manipuladas y transformadas en armas de fuego real".

El arrestado, que ha sido acusado de los delitos de tenencia ilícita de armas y de tráfico ilícito y depósito de armas y municiones, disponía de un taller clandestino con maquinaria y herramientas para la elaboración de armas de fabricación casera.

Los policías se han incautado también de abundante munición, cargadores, silenciadores, armas simuladas y modificadas, piezas, cartuchería de distinto calibre y pólvora para fabricar munición. Entre el material decomisado había una caja registro estanca similar a los "artefactos tipo lapa", así como una maleta bomba simulada.

Según ha explicado el Ministerio, el arrestado utilizaba armerías extranjeras como fuente de aprovisionamiento e introducía las armas ilegalmente en España mediante correo postal. De este modo, adquiría de forma ilegal armas de fuego del sistema Flobert, detonadoras y otros efectos armamentísticos, si bien carecía de las licencias necesarias para su adquisición".

32 armas cortas y 55 cortas

Estas armas de fuego, han indicado los responsables de la operación, "podrían ser desviadas al mercado ilegal con total impunidad, si bien se descarta por el momento que su destino final fuera el crimen organizado o grupos terroristas".

En concreto, entre el material intervenido, se encuentran 32 armas cortas y 55 armas largas, dos armas de fuego artesanales, varios silenciadores, abundantes cargadores y cartuchería metálica de distintos calibres, dos kilos de pólvora, multitud de piezas y accesorios para armas de fuego, 10 machetes, una lanza y una katana, entre otros efectos.