La Policía Nacional investiga las causas de la muerte de un hombre que fue hallado ayer con un golpe en la cabeza y cortes en el brazo junto a la puerta de un pequeño cuarto situado en el descampado de El Veril, en San Bartolomé de Tirajana, próximo a la autopista del sur de Gran Canaria. El fallecido, de entre 50 y 60 años, tiene raíces gallegas y venía recibiendo la atención de la red de Cáritas para atender a personas sin recursos.

El informe forense deberá arrojar más luz sobre esta muerte. Pero, de momento, la causa siguen abierta, sin aclararse si se trata de un caso de violencia o, por contra, si corresponde a un accidente con un trágico final. De momento, por la tarde fue a declarar la última persona que supuestamente lo vio con vida, que hizo mención a que había cobrado una herencia y a una supuesta agresión anterior en la zona. Mientras, la Policía Nacional evitó ayer pronunciarse, pero mantenía con una cinta acotada otra infravivienda y una vigilancia permanente del lugar.

El indigente pudo fallecer a medianoche, aunque fue localizado sobre las doce del mediodía de ayer en el suelo y sin llegar a abrir la puerta del pequeño cuarto de obras al que se accede por una escalera, que se construyó con un canódromo que quedó en el olvido, y rodeado de vegetación. Sin embargo, la paralización del proyecto dejó en estado de abando-no el lugar, en cuyo entorno se promueve ahora el parque acuá-tico de Loro Parque. Al parecer, esta persona podía haber elegido este pequeño cobijo como vi-vienda, localizado muy cerca de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

El hombre formaba parte del plan de ayuda del Centro de Acogida e Intervención Promocional con Personas sin hogar (Caipsho), de la organización Cáritas, en San Bartolomé de Tirajana, cuyo propósito es "mejorar las condiciones vitales y sociales de aquellas personas que demandan satisfacer necesidades de subsistencia, que respondan básicamente a la carencia de alimentación, aseo y cuidado personal, con el acompañamiento del equipo multiprofesional del servicio, favoreciendo el crecimiento personal y social hasta el logro de su autonomía", según la organización.

Al parecer, tiene entre 50 y 60 años, y podría ser gallego.

La aparición de esta persona sin vida se registra apenas dos semanas y media después de la muerte de la ucraniana Anastasia F., que fue hallada con signos de violencia en la bañera de su casa de San Fernando de Maspalomas. Este caso sigue bajo secreto de sumario y sin pistas definitivas del culpable.

Sin embargo, si en este caso de la ucraniana existe la certeza de que se trató de una muerte violenta, ya que se defendió de su agresor, siendo estrangulada y ahogada, en el caso de este hombre todavía se trata de aclarar sin fue un suceso accidental o bien existió la intervención de más personas.