Sus vuelos nocturnos han sido objeto de las críticas más feroces por parte de formaciones de izquierda con representación en el Cabildo Insular y en aquellas corporaciones donde obtuvieron algún acta de concejal. Cuando no era el ruido era el uso del combustible. Sin embargo, en la madrugada del jueves, el personal del Batallón de Helicópteros de Maniobra (Bhelma VI) dio una lección magistral que dejó con la boca cerrada a más de uno. Sus continuos vuelos nocturnos acabaron demostrando que tienen utilidad. La evacuación comenzó a las 10:15 horas y finalizó a las 01:30.

Un total de 120 personas de todas las edades fueron rescatadas por aire desde Punta Teno, en Buenavista del Norte, y trasladadas hasta el muelle de Garachico.

"La mejor recompensa es la satisfacción del deber cumplido. Ojalá nos llamasen en más ocasiones. Es para lo que nos preparamos diariamente", narró a la opinión de tenerife el comandante de Ingenieros y piloto del helicópteros Carlos Vilumbrales Díaz, de 41 años, con más de 3.000 horas de vuelo a sus espaldas y dos misiones internacionales, en Bosnia y el Líbano.

La historia de la que es considerada la mayor evacuación aérea de personal civil realizada en España por militares comenzó poco antes de las ocho de la tarde, cuando el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso, se puso en contacto con el teniente general jefe del Mando de Canarias, Pedro Galán, para requerirle la posibilidad de que los helicópteros militares con base en Los Rodeos se encargasen de evacuar a las personas atrapadas en Punta Teno, 120, tras el desplome de la carretera, única vía de entrada y salida de este paraje natural. A partir de ese momento se puso en marcha la maquinaria castrense.

"La primera tripulación estaba operativa 20 minutos después de recibir la alerta", sentenció el sargento Varela, 30 años y destinado desde marzo de 2015 en la unidad, quien agregó que "el teniente Toledo me requirió para que alertase a mis hombres".

"Apuntar que casi toda la unidad al completo se presentó a las puertas de la base y a muchos hubo que decirles que no hacía falta su servicio", señaló el comandante Vilumbrales.

Los militares contaban con cuatro helicópteros operativos en ese momento, dos Súper Puma, HD-21, denominación militar, y otros dos Augusta Bell 212, HU-18.

El primero de los aparatos despegaba desde su base en Los Rodeos sobre las 21:30 horas, con un manto de niebla que apenas dejaba ver unos cientos de metros de pista. "Salimos con bastante nubosidad y las peores condiciones de viento que se puede encontrar uno en Teno. Además, se había declarado la alerta amarilla por vientos. Y un último dato. El lugar carece de cualquier balizaje que pudiera hacer el vuelo menos complicado. En una hora y media estaba todo el mundo preparado", contó el comandante Carlos Vilumbrales.

Tenerife es la Isla que más zonas restringidas al vuelo tiene. Además, Teno es especialmente protegida ya que anida un ave que requiere de unas garantías de conservación.

"Cuando llegamos a la zona, encontramos a los coches circulando de un lado para otro, que además nos recibían con las luces encendidas. Sin embargo, eso no nos favoreció para nada, ya que íbamos provistos de gafas de visión nocturna y la luz nos cegaba. Yo encargué al sargento primero Monjil que se quedase en tierra para organizar a todo el personal que íbamos a evacuar, puesto que estamos acostumbrados a trasladar a militares, pero no a personal civil", continuó Vilumbrales.

Llegado a este punto intervino el sargento primero Monjil, natural de Málaga, de 36 años, con 17 de servicio y 1.100 horas de vuelo en su cartilla. "Después de la primera evacuación todo fue mejor. Lo más dificultoso fue el viento de Teno. Estamos hablando de rachas de entre 25 y 35 nudos (unos 60 kilómetros por hora)".

Por su parte, el capital Alejandro Sevilla, 30 años, con un despliegue en Malí y 600 horas de vuelo como piloto de HU-18, se mostró satisfecho de la gran labor que efectuaron esa noche y de las lecciones aprendidas. Señaló como principal valor la continua instrucción que llevan a cabo, lo que facilitó que todo saliese como estaba previsto.

El soldado Jiménez Nieves, 33 años y diez de servicio en el Ejército, con dos despliegues en el Líbano y 600 horas de vuelo, fue el encargado de ayudar al personal civil a subir a los helicópteros. "La verdad es que la gente se portó de maravilla. Todos estuvieron tranquilos y relajados, a pesar de que sobre todo en el despegue el helicóptero se movió bastante debido al viento racheado. Para mí ese salvamento representó una experiencia diferente".

La reacción de los atrapados

Juan Gutiérrez Toledo, teniente, con dos misiones, una en Bosnia y otra en el Líbano, oriundo de Lanzarote y La Graciosa y 1.600 horas de vuelo. "Yo me quedo con la reacción de la gente por un lado y la coordinación y organización que llevamos una vez estábamos en el aire. Efectuamos un carrusel de manera que nos solapáramos y cada vez que uno despegaba el otro estaba levantando el vuelo".

Otra de las dificultades añadidas fue la falta de enlace con los dos aeropuertos. "Debido a lo abrupto de la zona no había enlace de radio. Sin embargo, se les transmitió a todas las tripulaciones el punto de toma y todas reaccionaron muy bien", añadió el comandante Vilumbrales.

En el rescate se tuvo que trasladar a una decena de niños y a varios perros, uno de ellos considerado de raza potencialmente peligrosa.

"La mayoría de los niños estaban muy bien, mejor que sus padres. Alguno incluso hacía las señales de ok con sus dedos. Había que ver la expresión de los rostros de sus padres en esos momentos previos al despegue del helicóptero. Incluso alguno al llegar a Garachico nos premió con una tanda de aplausos como si de un vuelo comercial se tratase", señaló otro de los tripulantes que intervino esa noche en la evacuación del personal civil.

El comandante Vilumbrales, que estuvo al frente del operativo, no quiso dejar pasar su agradecimiento al Cecoes 112 del Gobierno de Canarias, la primera fuente de información. "El único problema fue saber con certeza el número de personas, ya que al principio hubo un baile de cifras", aseguró.